Crítica: «Animosity: Evolution 1», la evolución de la serie.

Animosity es una crónica de lo que sucede tras El Despertar, ese momento en el que los animales toman consciencia, la capacidad de pensar y hablar y, como no puede ser de otra forma, se revelan contra la tiranía humana. Si bien en la serie madre se nos cuenta el viaje de Jesse: la niña que ha perdido a miembros de su familia durante el incidente y ahora forma parte de un grupo formado por animales y humanos, dedicados a sobrevivir y con los que nosotros, como lectores, recorremos este nuevo mundo.

Es cierto que al centrarse en Jesse y Sandor, su antigua mascota y ahora amigo y protector, quedaban sin explicar muchísimos otros aspectos y situaciones generadas tras el Despertar. Hacía falta una serie paralela que sirviese de foco aclaratorio. Como se organizan ahora las ciudades, quién está al mando, qué ha pasado con otros grupos organizados… en definitiva, como funcionan ahora las cosas. Esa es la razón de Animosity Evolution.

En el primer volumen publicado por Planeta Cómic de Animosity, se nos presentaban ya los personajes que protagonizan este spin-off. Son Adam North, el veterinario amante de los animales y, por ello, recibido con cariño en el nuevo orden, y Wintermute, una hembra mestiza entre lobo y malamute de Alaska. Esta será realmente la protagonista, la gobernanta de una nueva ciudad fundada para que humanos y animales convivan. Al mismo tiempo una esperanza de futuro y un experimento social.

Pero mantener la paz y el orden en esta nueva ciudad no va a ser tarea fácil. Wintermute debe ser dura e inflexible para solventar problemas tan graves como la hambruna o el desorden social, lo que le granjeará no pocos enemigos tanto dentro como fuera de su ciudad. En Animosity Evolution no solo asistimos a una historia de personajes, con multitud de ellos interactuando entre sí, sino a un complejo entramado político, una lucha de poderes en la que no falta la traición, la estrategia e incluso el terrorismo.

Hábilmente contado por Marguerite Bennett, se nota que Animosity no es una serie fruto de la espontaneidad y necesitaba ser explicada en toda su complejidad. La lectura de este spin-off supera en diversión, profundidad y personajes a su serie madre… además de enriquecerla completando aspectos que quedaban vacíos en aquella. Cada uno de los personajes que aparecen aquí tiene un peso especial y un sentido… desde los ratones recién llegados, el cuerpo de veterinarios o los «mafiosos» de turno que aprovechan la hambruna para traficar. Todo encaja ahora en el mundo de Animosity gracias a esta serie satélite.

En el dibujo encontramos a un poco experimentado Eric Capstur. No tiene el virtuosismo de De LaTorre (dibujante de la serie madre) para plasmar tantas razas y tipos de animales, pero demuestra soltura en su narrativa y cumple de sobra con el trabajo… incluso se le aprecia una notable evolución a lo largo de los seis números.

Animosity es la colección de más éxito de Aftershock y, su serie paralela, Evolution, ha contribuido a ello. Ayuda a perfilar y entender este nuevo y complejo mundo donde animales y humanos están destinados a convivir y a entenderse… o a luchar entre ellos. Como producto de entretenimiento gana con cada número que se publica y no sería tan redondo si no existiera esta Animosity Evolution. Lástima que solo vayan a ser dos tomos.

• Animosity Evolution 1. Planeta Cómic
• edición original. Animosity Evolution 1-5 USA. Aftershock.
• cartoné. 136 pp. color. 14,95 €