Crítica: «Animosity 3», el Enjambre.

El Despertar. Ese momento en el que los animales cobraron conciencia, la capacidad del habla y tomaron la determinación de vengarse del ser humano por tantos años de abusos y maltratos, de esclavitud y consumo. Ese momento queda ya algo lejano y el impacto de anarquía y desgobierno inicial es solo un recuerdo ante el nuevo orden social que comienza a materializarse. Pequeños núcleos habitados, sobre todo por animales… pero también algunos en los que conviven con humanos.

Aun así, el Despertar fue un cataclismo social que destruyó el orden establecido, el dominio humano se diluyó y el nuevo mundo aun está en periodo de construcción. Por eso faltan cosas por contar y elementos que aclarar. Estamos en ese punto de la serie, donde las autoras se toman un paréntesis en el viaje de los protagonistas para contarnos con un poco más de detalle como se está reconstruyendo este nuevo mundo.

Jesse, aquella niña inocente de los primeros números es ahora la líder del variopinto grupo que está atravesando el país en busca de un familiar. Sandor, el que fue perro fiel de Jesse y ahora es su amigo, mentor y tutor, guarda un terrible secreto… y el resto del grupo, tras los dramáticos sucesos del tomo anterior, ha conseguido afianzar los lazos que los unen. Ahora son una variada familia unida. Pero no podemos relajarnos, los problemas llegan también en este tercer volumen, titulado El Enjambre.

Sin desvelar demasiado… Jesse, Sandor y el grupo encuentran una colmena y los autores aprovechan para contarnos como afecta el Despertar a los insectos. ¿Han desarrollado también inteligencia? ¿Cómo enfocan su nuevo papel en el mundo? Y en el caso de las abejas en concreto, su carácter polinizador, fundamental en el ecosistema y piedra angular para la vida en el planeta, puede ser trascendental la manera en que le afecta esta toma de conciencia. Marguerite Bennett, la escritora de la serie, no va a perder la oportunidad de desarrollar este punto y de utilizarlo para generar un arco argumental lleno de sorpresas y aventura.

Animosity, que comenzó como serie algo titubeante, con una premisa resbaladiza que le podía hacer caer fácilmente en lo ridículo, ha sabido recomponerse y afianzarse. Sus protagonistas nos importan y lo que les sucede no solo ayuda a seguir construyéndolos y desarrollándolos, sino que aporta al marco general, ese curioso apocalipsis animal, que va cobrando forma con cada nuevo tomo. Este respiro y paréntesis en el viaje del grupo se utiliza para seguir construyendo Animosity, ofreciendo nueva información sobre el mismo, ampliando y enriqueciendo la serie… y de paso nos ofrece una aventura divertida y emocionante llena de giros y sorpresas.

Rafael de la Torre sigue en la misma línea de los tomos anteriores, con su dibujo limpio y elegante y su detallada representación de animales, de todo tipo, tamaño y condición. En esta ocasión incluye el mundo de los insectos, representado por las abejas y, en concreto, por el maravilloso panal que vemos en algunas gloriosas páginas. La abeja reina y su corte en todo su esplendor.

Animales parlantes, nuevo orden mundial… sería todo muy loco y absurdo si no estuviera escrito y dibujado con el oficio que Bennett y De la Torre vierten en él. Deseando estamos de leer el primer tomo de la serie spinoff, Animosity Evolution, y ver como el artista Eric Gapstur representa este mundo. Pero eso será dentro de unas semanas…

• Animosity 3. Planeta Cómic
• edición original. Animosity 9 al 13 USA. Aftershock.
• cartoné. 136 pp. color. 14,95 €