Crítica: ”Mr. Milagro de Tom King y Mitch Gerads”. Un milagro.

Lejos de conformarse y acomodarse en la zona de confort adquirida como autor top del cómic USA, Tom King se empeña en crecer como autor y como persona. Porque si Mr. Milagro funciona como recurso catártico para superar adversidades personales, el reflejo artístico adquirido supera el umbral mínimamente admisible en su más que respetable obra hasta la fecha al alcanzar la cima de la excelencia en la década que finaliza este año.

El tiempo será quien la juzgue como obra cumbre del medio, pero a día de hoy la estimulación y sugerencia que demuestra para con el lector es absoluta. Un alarde de enriquecimiento intelectual sobre las posibilidades del medio y una lección de narrativa novedosa y refrescante cuando dábamos por hecho que no podían impartirse más, que no existían nuevas fórmulas para contar algo nuevo en el cómic. Una cura de humildad para el lector veterano pero también un milagro del que no espera que se produzcan eventos artísticos de esta categoría. El milagro de Mr. Milagro.

La mitología épica del Cuarto Mundo creada por Jack Kirby se convierte en la base donde ejecutar un ejercicio metalingüistico que supera la cuarta pared no como recurso narrativo más, sino como razón de ser. King consigue de forma real que el lector haga simbiosis con Scott Free como espectador de una vida irreal fagocitada por el amor más puro e incondicional. El que da sentido a todo, el que demuestra que sólo hay una verdad, la que hace indiferente que surja de una creación artificial o aparezca de la realidad reconocible. La que se atrapa sin mirar atrás aunque tomemos la píldora azul o la roja. Que el instrumento para alcanzar esta certeza sea el mecanismo argumental más incierto e intangible de la obra del Rey es un logro, porque mientras resultaba irrelevante como la ecuación de la antivida surtía efectos privando al individuo del libre albedrío, permanecía oculta como se ejecutaba. Para un admirador de la obra de Kirby, comprobar en primera persona como la ecuación de la antivida afecta a su víctima y contemplar la cantidad de imaginativa narrativa en fondo y forma en el proceso, es un shock en toda regla. Sólo la idea es de aplauso pero que haya sido a través del amor filial en clara confrontación con la guerra, como antónimos inseparables es de una sensibilidad, grandeza y belleza pocas veces apreciadas de una forma tan rotunda. Y otra cosa, como ocurrió en “La Visión”, el respeto al fondo editorial de esta parcela del Universo DC es total, los guiños son exquisitos y la exploración narrativa y gráfica de este ámbito es potente y sólida. La cuadratura del círculo es absoluta.

Lectura con segunda vuelta obligada (y mejor lo antes posible), los detalles y los subtextos de cada página pueblan una historia de planteamiento incómodo y desconcertante a primera vista pero que se abre a medida que las capas se van levantando y el mecanismo interno intangible no apreciado hace clic. Ahí es cuando el lector atisba mínimamente lo que sucede a golpe de ecuación mediante las cartelas “Darkseid es”. Lo que le sirve al autor a llevar a cabo dilemas filosóficos sobre el impacto de las deidades en el contexto creado por Kirby hasta el punto de introducir al Rey en las propias páginas como divinidad misma (aunque para mi gusto se pasa un poco con su “canguro”).

Toda esta cantidad de elementos surgen de forma tan sutil que anulan cualquier vocación pretenciosa y pedante de los autores. Sí se nota la intención de lograr la exigencia en el lector por numerosas ambigüedades sólo aclaradas tras sucesivas lecturas. Se aprecia una voluntad intencionada de querer algo más en el cómic medio, de contar una historia potente en lo emocional pero inmensa en lo formal. Y también en el planteamiento de preguntas y reflexiones metafísicas y religiosas. Pero se aprecia un respeto y amor al medio en general y a esta mitología en particular que equilibra la inteligencia y el noveno arte.

Mitch Gerads enjaula en su rejilla de nueve viñetas un planteamiento gráfico a lo found footage de forma sistemática. Mediante este estilo de secuencia, que marcha a tiempo real, el enfoque directo de primeros planos hacen real el machaque psicológico de la ecuación en Free. Las interferencias alternas explicitan por parte del lector la visión de la experiencia de Mr. Milagro en primera fila, en lugar privilegiado y el como un señor de la guerra golpea subliminalmente la psique de su hijo adoptivo, haciendo posible crear un efecto sonoro de ruido que da carta de naturaleza a esa fantasía creada pero ignorada por el protagonista, sin perjuicio que crear ruido en un cómic ya es por sí algo glorioso. Vamos, que la interpretación del guión por parte de Gerads supera incluso las ideas del escritor. En fin, en lo gráfico, la obra consagra un equipo creativo ya legendario.

La unión indisoluble escritor/dibujante crea una obra viva, orgánica e infinita. La clase de obras que obligan a su inmersión periódica para encontrar nuevas reflexiones a sus planteamientos y para involucrar al lector en un experimento artístico inteligente y rico. Al margen de que ofrece nuevos enriquecimientos en la mitología del Cuarto Mundo.

Mister Miracle 1 Director’s Cut , Mister Miracle 1 a 12. Mr. Milagro, ECC Ediciones. Cartoné. 344 págs. A color. Pvp: 35 €.