Crítica: «Down to hell», para PC

Ser un caballero solitario no es tarea fácil. Aún menos cuando se camina en unas tierras repletas de demonios sedientos de sangre… Pero este caballero no es uno más, este busca ser el terror de toda aquella bestia que ose cruzarse en su camino, y más ahora, después de ser salvado por una misteriosa chica que ha desaparecido, presa de un terrorífico demonio.

A cazar demonios…

Con esta premisa se nos presenta Down to Hell, un juego de vista lateral con plataformas y luchas continuas, donde nuestra pericia táctica a la hora de hacer frente a las hordas de demonios que encontraremos en nuestro camino hará que sigamos vivos para avanzar hasta lo más profundo del infierno.

La mecánica de juego se basa en avanzar lateralmente, salvando los obstáculos que vayamos encontrando en nuestro camino con saltos, hasta llegar al final de cada uno de los niveles. Encontraremos enemigos, ante los cuales podremos realizar ataques fuertes o débiles, con combos y ejecuciones finales, las cuales nos aportarán energía.

Intentando un RPG por momentos.

Dispondremos de maná, con el cual podremos lanzar bolas de fuego y realizar algún salto especial o drible, así como diversas pociones con las cuales recobrar fuerzas en nuestra lucha.

A lo largo del juego podremos encontrar diversos altares, en los cuales se nos guardará un punto de control, al tiempo que repondremos pócimas para nuestro viaje. En un principio tendremos como arma una espada, aunque será posible hacerse con otro tipo de armas, pero serán bastante escasas.

Jugabilidad.

La jugabilidad es buena, aunque, pese a aconsejarse al inicio usar un mando, mostrando un dibujo del de Xbox, no conseguí jugar con el mismo ni configurarlo, teniendo que jugar con teclado y ratón. Existe algún que otro pequeño fallo en los jefes finales, donde al saltar sobre ellos y golpear repetidamente, nos quedamos flotando sin poder realizar ninguna acción hasta que el enemigo realiza un nuevo movimiento. Queda como falto de pulir en diversos aspectos.

En un intento de aportar algún punto de RPG al juego, tendremos alguna que otra conversación con personajes y un acceso a puntos de personaje, armas y bestiario. Este es uno de los puntos flojos del juego, ya que se le podría haber sacado mayor partido incluyendo subidas de nivel conforme avanzamos, más armas, hechizos, etc. Lo cual no sucede en ningún momento de la aventura. Sólo conseguiremos alguna que otra mejora en puntos donde se nos marca una oleada de enemigos, o bien tras vencer alguno de los jefes finales.

Y es que, es en los jefes de nivel donde disfrutaremos más de este juego, ya que los mismos tienen una mecánica que nos sumergirá en un épico combate, sobre todo si nos gusta la música metalera, ya que sonará una banda sonora brutal, de la mano de grupos como Decapitated o Koronal. Igual esto puede echar atrás algún que otro usuario, a mí me motivó bastante, como comentario personal.

Diseño gráfico y sonido.

El diseño de personajes y niveles queda un poco pobre en su conjunto, ya que, si bien se notan ápices de genialidad por momentos, todo se vuelve un tanto repetitivo a la larga, llegando a aburrir con tan poca variedad de enemigos y decorados. Una pena, pues se atisban buenas ideas por parte de este estudio polaco.

Los movimientos son un tanto artificiales, con animaciones muy robóticas, transmitiendo muy poca vida.

Algunas voces, su música tan brutal y los efectos de sonido, gozan de gran calidad, dando mucha vida a las carencias que el apartado técnico posee.

Conclusión.

Por todo lo que os hemos comentado, podríamos decir que estamos ante un juego entretenido por momentos, pero falto de ese punto que hace que nos motive a seguir jugándolo. Una buena idea, pero sin pulir todo lo que se debería.

Podéis encontrar este juego en Steam por 9,99€, aunque actualmente, a no ser que se le realice alguna actualización que le de un poco más de gas, os aconsejo haceros con él en el caso de que baje de precio…

Lo mejor

• Una música que invita a dar caña.
• Una idea que atrae en un principio.

Lo peor

• Muy repetitivo.
• Se ve un juego muy vacío en su conjunto.