Crítica: «20 th Century Boys 9», un extraterrestre con una guitarra.

La nueva y espectacular edición kanzenban que está publicando Planeta Cómic de esta gran obra merece que la acerquemos, tomo a tomo, hasta vosotros, como estamos haciendo desde que fue lanzada hace casi dos años. Se compone de 11 volúmenes en total y estamos a las puertas del final, una conclusión que nos puede llevar a cualquier parte y puede suceder cualquier cosa. Porque uno de los signos de esta maravillosa serie, que tiene muchos, es su capacidad para sorprender e impactar tomo a tomo, casi capítulo a capítulo.

Recapitulemos, muy por encima… un grupo de niños fantasea con planes imaginarios de salvar el mundo y combatir amenazas de todo tipo, incluido el ataque de robots gigantes. Al crecer, este grupo de amigos se da cuenta de que esos planes ficticios, que llegaron a escribir detalladamente, se están cumpliendo paso por paso, incluso llegando a sus últimas consecuencias. En el punto en el que nos encontramos con este noveno volumen ya han transcurrido muchos años, aquellos niños (los que sobreviven) son ancianos, y su lucha contra el «nuevo orden» ha encontrado relevo en las nuevas generaciones.

El autodenominado «Amigo» y su partido han dado un giro al gobierno mundial y solo pueden ser detenidos por extrañas alianzas de aquellos que conocen su secreto. La miríada de personajes que han ido apareciendo a lo largo de la serie tienen cada uno su peso e importancia e, incluso, vamos a recuperar algunos que ya dábamos por perdidos.

Narrar una serie con tanto desarrollo temporal y en la que participan tantísimos personajes es algo al alcance de pocos autores, y si encima está elaborado con la precisión y la clase que le imprime Naoki Urasawa nos encontramos ante un producto único. Lo hemos dicho en cada una de las ocho reseñas previas: se trata de un cómic imprescindible.

Pero si una obra de tal magnitud adolece, por fuerza, de algunos momentos más vacíos o contemplativos, sin duda es en este punto, en este volumen. El autor coge aire y nos permite cogerlo también a nosotros, porque es mucho lo contado hasta ahora y, claramente, nos está preparando para lo que viene a continuación… el gran final que merece. A estas alturas las miradas al pasado más remoto carecen de sentido y, aun así, alguna encontramos. Quizá sean necesarias debido al giro final que nos guarda el volumen, pero se corre el riesgo de que, a punto de llegar a su conclusión, un giro semejante agote nuestra capacidad de asombro. Suma a esto la aparición de puntillas del personaje antes mencionado y tienes el cóctel preparado para seguir sembrando la inquietud y alimentando la tensión en el lector, que ya se había relajado ante el inminente final.

Lo que no deja de sorprender es el virtuosismo artístico de este autor, que se recrea en detalles aparentemente tan nimios como las páginas de un manga que está leyendo Kanna, una de las protagonistas… o en reflejar el estado de ruina de algunas calles y edificios, donde podemos ver al detalle cada viga partida y cada clavo podrido. Esto aporta el realismo más absoluto a una obra de ficción que avanza y retrocede por el tiempo sin miramientos y que, incluso, nos lanza al futuro cercano.

El cambio de tiempo se refleja, sobre todo, en los personajes. Los vemos niños y los vemos ancianos, jóvenes o adultos… recreándose Urasawa en una fisonomía cambiante que domina sin límites y que es una (otra) de las señas de identidad de la obra.

Así que estamos cogiendo aliento con la lectura de este noveno tomo, en el que nos reencontramos con viejos conocidos y se nos desvelan nuevas piezas del puzle, algunas incluso que jamás estuvieron sobre el tablero. Porque cuando todo parece aclarado y explicado, la historia se voltea y se complica, nuevamente. Algo que nos hace adorar 20th Century Boys y redescubrirlo, 20 años después de su primera publicación, como un clásico.

• 20 th Century Boys vol.9 Planeta Cómics
• rústica con solapas. 415 pp. B/N. 15,95 €