Crítica: «Usagi Yojimbo 31. El Mural Infernal». Estación de lluvias.

Las nuevas aventuras del conejo samurai nos llevan a recrear la estación de lluvias por antonomasia en Japón: entre los meses de Junio y Julio. Si bien es cierto que llueve durante todo el año, en esta época las precipitaciones suelen ser más intensas y es el período clave para que la cosecha de arroz sea satisfactoria. Stan Sakai aprovecha esto para enmarcar las aventuras que componen este tomo, el número 31, titulado El Mural Infernal.

Y comienza con El Río Creciente. La historia inicial sitúa a Usagi en un poblado de campesinos, en medio de una lluvia incesante que amenaza con hacer desbordar el río. Nuestro protagonista trabaja incansable junto a ellos, levantando un improvisado dique para proteger el poblado y los campos de cultivo. Pero no solo las incontrolables precipitaciones amenazarán a los aldeanos, ya que aparecerá una banda de ladrones. Esta historia enlaza con la siguiente, en la que el autor aprovecha para introducir el componente folklórico y sobrenatural.

La historia central es la que da título al volumen y nos lleva a la investigación de un misterio que está cobrándose las vidas de los habitantes de un templo y de las poblaciones cercanas. Un misterioso mural que aseguran está maldito y que representa el infierno (japonés) y su señor. Cualquiera que lo amenace sucumbirá de manera extraña. Los lugareños, presa del miedo y la superstición, contarán con la ayuda de Usagi y de un viejo conocido de la serie: el Inspector Ishida. Cada vez que este secundario aparece sabemos que Stan Sakai se va a dar el gustazo de transformar las aventuras habituales en una «historia de detectives». Y así, a lo largo de las tres partes que componen esta historia, iremos desentrañando el misterio que rodea al Mural Infernal. Pero recordemos como llegó Usagi al templo donde se aloja el susodicho mural: buscando cobijo de la lluvia.

Efectivamente, el clima es determinante en cada una de las historias y Stan Sakai se preocupa de que nos demos cuenta. Con la constante llovizna que adorna las viñetas, con los cielos nublados, con una oscuridad mayor en sus composiciones… Se aprecia un mayor número de líneas en sus dibujos, que aparecen más trabados y cargados, dando sensación de oscuridad, de que los personajes están siempre mojados o sucios por el barro. Y contrasta esto con las pocas viñetas donde escampa la lluvia, más grandes y luminosas. Si sorprende la capacidad de Sakai para reinventarse en las historias, no es menos sorprendente su habilidad para ofrecer siempre algo nuevo aprovechando sucesos o situaciones reales. En esta ocasión, la estación de lluvias.

No he olvidado la historia que cierra el tomo: El sino de los ancianos. Aunque no voy a desvelar nada de ella, sí aviso que Sakai se guarda lo mejor para el final. Porque la lluvia torrencial es la protagonista de manera visual y presencial… pero también lo es cada una de las consecuencias que esa lluvia produce. Las cosechas destrozadas y la hambruna que conlleva, como afecta esto a la población y, en especial, a los más pobres. De nuevo la acción, la Historia, la intriga, lo fantástico y lo emocional se reúnen en un solo volumen para ofrecernos una lectura completa y satisfactoria. Un conjunto de historias que, leídas en su totalidad, componen un todo perdurable en nuestra memoria por distintos motivos. Una vez más Stan Sakai nos vuelve a fascinar.

Y si todo lo expuesto no es motivo ya suficiente para adorar al personaje, su mundo y al autor que es capaz de conjugar todo esto de manera tan excepcional, nos queda la grandísima edición en la que se presenta la serie. Estos tomos retapados incluyen siempre un prólogo escrito por un autor de excepción, en este caso Cullen Bunn. Nos confiesa su admiración por obra y autor y las razones que le llevan a seguir esta prolífica saga. En su parte final encontramos galería de ilustraciones, con las portadas originales y, ya un indispensable, notas escritas por el autor explicando en su contexto histórico alguno de los aspectos que hemos podido ver a lo largo del tomo. En esta ocasión nos habla de los kappa, los yokai que aparecen en la aventura y de esa estación de lluvias y sus consecuencias, de los distintos nombres que tiene la lluvia en japonés, de como las recibe la gente, etc. Un complemento excepcional de carácter informativo y de gran valor.

Incombustible es la palabra para definir al personaje y al autor. Más aun a sabiendas que falta mucho material inédito y actual por publicar, nueva numeración incluida y cambio de editorial inminente. Seguiremos de cerca esta obra, como siempre, porque sigue siendo una apuesta segura en cada una de sus entregas sin haber defraudado nunca.

• Usagi Yojimbo 31. El Mural Infernal. Planeta Cómics.
• edición original. Usagi Yojimbo nums. 152-158 USA. Dark Horse
• rústica. 190 pp. B/N. 12,95 €