Crítica: «Fade to Silence», estrategia y aventura con la muerte en los talones.
Resumen de la Crítica
Valoración
Adictivo
Estrategia y aventura, con la muerte en los talones.
Es una pena no haberle podido dedicar muchísimas más horas a este título, que sin duda las requiere, pero sobretodo, las merece. Todo llegará, y sin duda ampliaremos más información sobre el juego en el próximo podcast de Hello Friki dedicado a videojuegos.
Comenzaré diciendo que soy un sujeto de testeo curioso para una aventura de supervivencia como el Fade to Silence. Primordialmente porque nunca había probado una. Sin embargo, antes de entrar a hablar de las características de este juego, voy a recomendarlo, porque, particularmente me ha conquistado. Y ahora explicaré el por qué. Roald Amundsen decía que todo lo que estaba improvisado en una expedición no era explorar, era aventura. Y Fade to Silence es pura aventura.
Por fin llega a las consolas un título que andaba pululando el mundo videojueguil de los PCs desde hace casi dos años. Y lo hace con mucho estilo, con múltiples añadidos que lo hacen muy disfrutable.
Fade to Silence es una creación de THQ Nordic, entre cuya obra se encuentra, por ejemplo This War of Mine. Se trata de un juego individual de supervivencia (aunque también dispone de modo cooperativo) en el cual hemos de desenvolvernos y salir adelante en un mundo postapocalíptico totalmente congelado.
Argumento y estilo de juego:
Desde un primer momento se nos pone en la piel de Ash, un tipo duro con una extraña relación con la muerte. Ash habita un refugio con su hija Alice, e intenta sobrevivir saliendo a distintas misiones de exploración con el fin de recabar, no sólo recursos imprescindibles para reconstruir su campamento y para la vida, como madera, minerales, hierbas medicinales o alimentos, sino también para recabar información de cara a qué es lo que le ocurrió a nuestro planeta. ¿Cómo ha acabado convertido en un páramo gélido? Un desierto nevado consumido por un invierno perpetuo. Paso a paso descubrimos pistas sobre un eclipse, un super volcán bajo el parque de Yellowstone, una. infección…
Y eso es lo genial del juego, lo que sin duda me ha atraído. El hecho de ir realizando múltiples excursiones durante las cuales nos enfrentamos a extrañas criaturas mutantes y vamos encontrando restos abandonados de civilización para, poco a poco, ir reconstruyendo el puzzle a través de visiones que va teniendo Ash al irse a la cama, o mediante testimonios de otros supervivientes, cada uno con su carácter, habilidades e historia, que nos vamos encontrando por el camino.
Sí, por un lado digo a la cama, porque Ash debe comer, curarse, resguardarse del frío con ropajes, construir tiendas de campaña, rescatar lobos, fabricar trineos para desplazarse más rápido, dar con zonas de recolección, de caza… sobrevivir y evolucionar, vaya. Recoger madera, hierbas o cazar un reno es una cosa, pero además hay que saber procesar esa madera, cocinar esa carne o convertir estratégicamente según que hierbas en ungüentos curativos o según qué materiales en armas y herramientas especializadas.
Y por otro lado hablo de otros supervivientes que podemos convertir en nuestros seguidores y que nos acompañarán a nuestro campamento, facilitando las labores de recogida de alimentos así como las de construcción. Porque también hemos cuidar de nuestro hogar. Fabricar empalizadas para defendernos de hordas de monstruos, cabañas de carnicero para procesar la carne contaminada, cabañas de artesanía para fabricar objetos y un largo etcétera.
Así, poco a poco se va desarrollando la convivencia y vamos generando confianza entre nuestros seguidores, que se van abriendo y nos van confesando pistas sobre su pasado y el del planeta.
Estos seguidores (a los que también hemos de mantener bien alimentados, con la moral alta y descansados) también se nos unirán en expediciones, apoyándonos frente a rivales complejos, criaturas de aspecto y trasfondo lovecraftiano que ponen los pelos de punta pero cuyo misterio quieres desentrañar.
Eso sí, cuidado, porque se trata de sobrevivir al frío, la inanición, las criaturas… nuestro fín está siempre a la vuelta de la esquina. Antes decía que Ash tiene precisamente una relación compleja con la muerte… esto tiene un doble sentido. Bien se relaciona con la Parca, y es que Ash ve a una criatura similar a esta representación de la Muerte, que le habla directamente y le reta. Una especie de Sauron que parece estar tras todo el conflicto. Pero también tiene una relación especial porque al morir, Ash resucita en un templo dentro de su campamento. Esto último nos lleva a hablar de los dos distintos modos de juego que plantea el Fade to Silence.
Modos:
Un modo supervivencia estenuante, en el que luchamos por sobrevivir con muy escasos recursos, un clima implacable y monstruos letales, pero en el que además, contamos con vidas limitadas antes de fallecer definitivamente. Una vez las perdemos, comenzamos desde el inicio del juego. Sin embargo, este modo es el que dispone de trofeos y de un árbol de habilidades llamado ciclo del tormento, que desbloquea mejoras cada vez que arrancamos desde cero.
El modo “sencillo” es el modo de exploración, más pensado para sumergirte de forma más relajada en el mundo de Fade to Silence y seguir su historia. Los recursos son infinitos y los seguidores más fuertes.
Correr, esconderse, atacar, cazar, talar, recoger minerales, refugiarse de un clima siempre cambiante y agresivo, de la nieve, los tornados, el día, la noche, de las criaturas… qué construir, con quién contar… todo es cuestión de estrategia, inteligencia y habilidad. El mundo entero conspira para que muramos. Pero además hay que saber usar las habilidades de Ash, su capacidad para escuchar esa voz misteriosa que le persigue, o para ver más allá de la realidad, identificando objetos en el paisaje.
Gráficos y apartado sonoro:
No me meteré de lleno en el apartado gráfico y sonoro del juego. Sólo diré que se le nota un pelín la edad. No en los entornos, que son magníficos, ni tampoco en cómo cambian las condiciones meteorológicas o la luz según el momento del día, pero sí en los personajes y sus animaciones, en ocasiones y acostumbrados como estamos al hiperrealismo y la perfección de otros títulos, algo toscos, como de otra generación.
Impresiones finales:
Fade to silence, un juego para aquellos aventureros que gusten de mundos postapocalípticos, misterios lovecraftianos y de jugarse el pellejo en terreno inexplorado usando el coco constantemente para lograr una ventaja competitiva. Divertidísimo y adictivo. Disponible en PS4 y XBOX One desde el 30 de abril de 2019.
Lo mejor:
- La diversión de encontrarse ante un mundo abierto y muy hostil donde hay que gestionar de modo inteligente cada recurso humano y material para enfrentarse a la climatología y las criaturas.
- La posibilidad de ir avanzando y descubriendo la historia poco a poco.
- El modo cooperativo para jugar acompañado.
- Los modos de juego adecuados tanto para jugadores experimentados como para neófitos.
Lo peor:
- Los personajes no están pulidos y parecen extraídos de un juego de una generación anterior de consolas