Críticas de cómics

Crítica: «Parasyte 8», apoteosis.

Resumen de la Crítica

General
Guión
Dibujo
Personajes
Historia
Edición

Muy Recomendable

Final climático de la serie que cierra todas las historias y culmina Parasyte como un manga tan singular como estupendo.

Valoración de los Usuarios 4.6 ( 1 votos)

Ya hemos llegado al final. Desde que Planeta Cómics publicase el primer tomo, allá por noviembre de 2016, en esta web hemos ido trayendo cada una de las entregas de este singular manga. La pregunta que surgía entonces era como una obra así permanecía inédita en nuestro país. La despedimos con la satisfacción de haber leído una cómic único y notable, pero también con la tristeza de saber que las andanzas de Shinichi y Miggy llegan a su fin. El mismo autor manifiesta que este es un final definitivo y no tiene previsto contar nada más sobre los personajes, no es su estilo el perpetuar los trabajos por mucho éxito que tengan. No le falta razón en la manera de plantear sus creaciones, huyendo de sagas interminables y ciñéndose a relatar los conceptos e ideas para los que fue creada su obra, sin alargarlas de manera artificial. Y bien podía haberse aprovechado de este Parasyte… live-action y anime respaldan. Pero Hitoshi Iwaaki se mantiene fiel a su manera de trabajar, algo totalmente loable.

Recapitulemos, muy por encima… Parasyte comienza cuando una extraña lluvia de esporas hace llegar a la Tierra unos seres parasitarios que entran en las cabezas de los seres humanos mientras duermen y se adueñan de sus cuerpos… Literalmente, el ser parásito sustituye físicamente a la cabeza del anfitrión y toma el control del resto del cuerpo. Al ser multiforme, puede simular el aspecto de la cabeza y cara de la persona que ocupa. Los hábitos alimenticios de estos seres les llevan a devorar de manera inmisericorde a otros seres humanos, dando lugar a escenas gore de lo más desagradable.

Shinichi, el co-protagonista de Parasyte, tuvo la suerte de despertar justo en el momento en el que el parásito iba a penetrar en su cabeza e interpuso, en un acto reflejo, su mano derecha. El ser penetró en su mano y se adueñó del control de esa extremidad, del brazo derecho, pero Shinichi seguía teniendo conciencia de él mismo. Entre ambos seres se produjo una forzosa relación simbiótica, condenados a entenderse, a convivir… llegando con el paso del tiempo (y las aventuras) a forjarse entre ambos vínculos más fuertes que la amistad. Ni humano ni parásito, Shinichi y Miggy (que es como llama a su mano derecha autónoma) están forzados a simular una vida normal mientras intentan detener a los humanos parasitados y su incansable hambre de carne humana y, por si fuera poco, simulan ante las autoridades humanas que también buscan el origen de los sangrientos crímenes.

Pero los humanos parasitados evolucionarán a lo largo de la obra, se asociarán dando lugar a un grupo organizado, cerrado, que actúa de manera estratégica para su supervivencia y escalar en el sistema social. Iremos viendo también como otros seres no se limitan a alojarse en las cabezas de los humanos y en ellos encontrarán nuestros protagonistas tanto a aliados como a enemigos imbatibles.

A grandes rasgos, y dejando cientos de detalles por el camino, esto nos ha ido contando Hitoshi Iwaaki a lo largo de los tomos previos, encaminando el argumento hacia un punto final que se desarrolla por entero en esta octava entrega. Es un tomo climático, apoteósico y que concluye la serie de forma cerrada, encajando todo sin fisura alguna. En Parasyte 8 finaliza la historia y se deja a los protagonistas en el lugar lógico y adecuado para que la resolución de la serie sea plenamente satisfactoria. Ni es un final forzado ni improvisado… el mismo Iwaaki nos confirma, en las notas al final del tomo, sus diatribas y problemas a la hora de pensar el final más razonable y adecuado.

Parasyte es un manga único, que siempre ha sabido equilibrar distintos géneros como el terror y la acción, el humor y el romance, sin descuidar ese mensaje ecológico y concienciador que, a nivel más velado, acompaña siempre la obra. Se permite reflexionar sobre la conducta de la especie humana y el daño que se le hace al planeta… y a nivel más localizado, ahonda en los sentimientos de Shinichi, en la amistad, el amor, la familia…

Siempre realizado con una narrativa visual sencilla y accesible, con dibujos claros y efectivos, que muestran con naturalidad cualquier tipo de situación. Iwaaki sabe transmitir con total facilidad tensión, pavor o enamoramiento en los personajes, demostrando un profundo dominio del medio.

Parasyte ha llegado a su final. Shinichi y Miggy quedarán por siempre entre esos personajes de manga (cómic) que recordamos por alguna peculiaridad (su extraña simbiosis) o por alguna escena en concreto, por las curiosas formas que adopta Miggy, por las reflexiones enfrentadas de ambos, dos especies distintas intentando entenderse… Y la obra también permanecerá como una original propuesta para la reflexión y como una mezcla asombrosa de géneros. Como un imprescindible.

  • Parasyte 8. Planeta Cómic.
  • rústica con solapas. b/n. 274 pp. 9,95 €

Giacco

Redactor jefe de las secciones de Cómics y Videojuegos, así como presentador de muchos de los programas de Hello Friki Podcast.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba