Crítica: “Wonder Woman: Huesos”. Drama y épica al servicio de un gran desenlace.

A medida que la calidad de la etapa no caía sino que como poco se mantenía alternándose con unos picos muy altos, la responsabilidad para cerrar la misma de forma proporcional al camino se atisbaba pesada. El cierre de las tramas y la suma de sus partes se esperaba con impaciencia y con temor, por aquello de la frustración de las expectativas. El tópico de que no es tanto el desenlace sino el camino recorrido me lo voy a ahorrar porque en este caso ambos son altamente satisfactorios. Azzarello se despide con una fiesta de fantaterror de primera división que demuestra que cualquier género, si el guión y los personajes son interesantes, tiene cabida, ya sea el espíritu de la serie en cuestión, blanco, gris o negro. En esta última parada, Wonder Woman, paradigma de la aventura, la fantasía y la acción, se introduce en campos cultivados por dramas familiares, thrillers psicológicos y terrores espesos y viscosos. Con este final, el escritor convierte a la serie de Diana en la hija bastarda e imaginaria de Mario Puzzo y David Cronenberg. Sus atrezzos gore asfixiantes salpicados de sangre y carne se colocan entre las batallas amantes de Tolkien y Howard y entre los guiños al steampunk de Wells, a la ciencia ficción de Kirby y al gótico de Gaiman. Los acontecimientos finales se empujan a golpe de figuras gigantescas y elefantes metálicos, se ciegan con la luz de espectros del infierno, se amargan con dioses torturados y se animan con el resurgir de voluptuosas amazonas. ¿El final es satisfactorio?, ¿cubre las expectativas creadas? Más arriba está mi respuesta y ahí dejo los antecedentes. Yo desde luego animo al lector a que se adentre en la liquidación del viaje una vez llegado a este punto. No obstante, dejo otra reflexión seguramente más ilustrativa que todo lo anterior. ¿Apetece volver al punto de partida tras su última página?, desde luego que sí. No puedo dar mejor piropo al presente volumen y a sus predecesores.

En relación al cómic en particular, el mismo tiene todo lo que la ha posicionado entre lo mejorcito del cómic de superhéroes de lo que va de década: apabullantes e impresionables momentos gráficos gracias a los conceptos creados por los artistas (mostrados en todo su esplendor mediante splash pages y dobles páginas llenos de impacto y riqueza visual), inteligentes diálogos, giros sorprendentes y coherentes, sesudo estudio de la mitología, tridimensionalidad actoral y un análisis certero de la familia disfuncional. Respetando las claves del género, la emoción y los arreones épicos siguen en clara combinación de lo anterior de menor a mayor. Al principio, el texto va más encaminado a despejar los planes del Primogénito con los peces gordos del panteón griego, Hades y Poseidón. Aquí tienen más peso las intrigas personales y los pactos en los muchos frentes que hay en este tablero, donde destacan los alardes plásticos del terrible escenario del gran villano surgido en esta etapa (y ya mencionado) así como la presencia de los hermanos de Zeus con su particular carisma.

A medida que los acontecimientos se precipitan es cuando in crescendo las intrigas se sustituyen con escaramuzas esporádicas ricas en imágenes e imaginería. Y a partir de aquí llegamos al clímax, en los que todos los elementos posibles de todos los géneros convergen en una explosión secuencial de primer nivel. Todo esto gracias a la épica de los combates, la espectacularidad visual y por las tensiones dramáticas en las dinámicas y en los tempos.

Sin duda, el arco justifica de pleno que el entretenimiento y la pericia intelectual encajan perfectamente en una lección de lectura desenfrenada y en la emoción por conocer el gran desenlace.

Wonder Woman (N52) 30-35, Secret Origins 6, DC Comics. Wonder Woman: Huesos, ECC Ediciones. Color. Cartoné. 160 pags. Pvp: 16,95 €. Fecha de edición: mayo 2017.