Crítica: «Pluto 001», el homenaje.

Un autor de culto homenajea al más grande. Eso es Pluto. Naoki Urasawa, reconocido por 20th Century Boys, Monster… decide recrear una mítica historia de Astroboy, quizá la creación más reconocida del más reconocido de los maestros del manga, osamu Tezuka. Eligió con buen criterio la historia conocida como El Mejor Robot Sobre la Faz de la Tierra y la adaptó a los tiempos actuales con la fuerza, elegancia y personalidad que Urasawa destila en todas y cada una de sus obras. Para la ocasión, Planeta Cómic lo reedita en el formato habitual de sus publicaciones manga, en 8 tomos que rondan las 200 páginas cada uno, dentro de la colección Biblioteca Pachinco.

Nos encontramos en un futuro al que la humanidad llega mermada por intensas guerras globales, aunque vive un periodo de paz prolongada, proporcionada por la inclusión de los robots en la sociedad, tan evolucionados ya que, en los modelos más sofisticados, cuesta distinguirlos de auténticos seres humanos. Pero todos, incluso los que en apariencia resultan más toscos y anticuados, han desarrollado una especie de inteligencia emocional artificial. Esto es algo que Urasawa refleja soberbiamente en todos los casos, resultando sorprendente la manera que tiene de hacernos empatizar con ellos. La historia comienza cuando aparece un robot asesinado, querido por todos y llorado como un santo que fue en su artificial vida, un robot al que nadie podía odiar y que por su capacidad ofensiva solo puede haber sido asesinado por otro robot. Como no puede ser de otra forma, las omnipresentes y conocidas leyes de la robótica están también vigentes en este manga, por lo que el misterio está servido cuando un humano aparece asesinado en las mismas circunstancias y con las mismas pautas que el robot anterior. Gesicht es el agente de la Europol encargado de investigar estos crímenes y, como podéis imaginar, el misterio irá creciendo en intensidad y en tensión hasta ese cliffhanger final en el que aparece, como una estrella mediática ante nuestros ojos, el personaje que todos queríamos ver.

Un primer tomo que marca el inicio de esta apasionante historia policíaca futurista que rescata la genial creación de Tezuka y la barniza con tintes de Bladerunner, de Asimov… Pasada por el filtro de Urasawa y lo que eso significa: un dibujo finísimo y nítido, donde los personajes son totalmente reconocibles gracias al esmero que se ha puesto en sus retratos y formas. Esmero todavía más exhaustivo el que se dedica a los fondos, a la ciudad, con perspectivas y encuadres exactos, cada detalle está mimado como el autor acostumbra… y esa obsesión por recrear de manera fotográfica los alimentos, siempre presentes en su obra, el momento de comer o cenar, como acto social y marco ideal para tertulias. El dominio completo del tiempo narrativo, el jugar con la acción, con la tensión, con la información ofrecida a veces por lo que pasa, a veces por lo que cuentan, a veces por lo que dejan entender los personajes…

Es muy fácil elogiar a Urasawa como autor, solo adolece su ritmo cuando la obra es larga… y en este caso no sucede, al menos no en este primer tomo, claro. El experimento no puede haber salido mejor y tenía todas las papeletas para que así fuera: uno de los autores actuales más y mejor valorado adaptando al que puede ser el más grande artista que el mundo del cómic (no solo del manga) ha conocido. Eso es Pluto. Imperdible para todo aquel que todavía no lo atesore.

• Pluto 001. Planeta Cómic.
• rústica con solapas (manga). 192 pp. b/n. 8’95 €