Crítica: “Sherlock Holmes: Juego de sombras”. Una peli de detalles

Una vez más Sherlock Holmes (Robert Downey Jr.) está un paso por detrás de su digno enemigo Moriarty, el cual cobra más protagonismo en esta nueva entrega, desvelándo su identidad desde el principio.

El argumento principal de la historia es parar una posible guerra europea, que está intentando provocar Moriarty, puesto que para él no es más que un negocio, llegando a decir: “si estalla una guerra repartiré armas y vendas”.

Es de agradecer que hayan mantenido la esencia tan característica de la saga: Sherlock. El principio es absolutamente genial y mantiene el ritmo toda la película. En mi opinión una de las mejores escenas es la que tiene lugar en el tren, un equilibrio entre acción y diversión perfecto.

También quiero destacar la huida en el bosque, que me ha recordado a Harry Potter, pero los tiros y cañonazos han conseguido que sean más espectaculares que las varitas, demostrando unos efectos especiales muy bien utilizados.

La novedad de esta entrega es la participación de Noomi Rapece (Lizbeth, Millenium). Ha sido satisfactorio verla encarnar otro papel y, personalmente, me ha gustado. Lamentablemente, el peso de su personaje en la historia es bastante insignificante, y eso no me ha gustado.  Obviamente los protagonistas ya sabemos quienes son, pero en ausencia de Rachel McAdams (Irene Adler), que aparece solo al principio de la película, el personaje de Noomi podría haber estado mejor enfocado. Aun así la mejor escena de ella es la que protagonizan con el cosaco en la despedida de soltero de Watson.

El guion una vez más es perfecto. Aunque algunos lo valoren de insustancial. Yo no esperaba ni más ni menos de lo que me he encontrado. El argumento está bien hilado, y los diálogos entre Moriarty y Sherlock, esos pulsos verbales, son brillantes. Al igual que con su mejor amigo Watson. Naturalmente, no nos tenemos que olvidar que es una película de acción con dosis de humor. Con lo cual no veremos una disertación sobre el existencialismo humano.

Quizás lo que menos me ha gustado es el fin en sí, el propósito de Moriarty. Como he dicho es provocar una guerra. Siempre he asociado a Sherlock con crímenes o misterios difíciles de explicar, para algunos sobrenaturales, pero que realmente tenían una solución real, y él era capaz de descubrirla, con sus métodos siempre curiosos. Con lo cual que en esta cinta intenten parar un conflicto bélico… Me parece simple dentro de lo que nos tiene acostumbrados Sherlock.

Como personajes secundarios, hay que destacar tres. El primero es el pistolero de Moriarty, que si bien pasa desapercibido al principio de la película y no tiene ningún protagonismo, cuando más adelante se descubren sus habilidades toma un poco más de fuerza, especialmente durante el duelo que mantiene con Watson. Otro es Mycroff, el hermano de Sherlock, que posee una mente tan cualificada y unas rarezas tan peculiares como las del detective. Y el último es el viejo mayordomo de Mycroff, que aunque no tiene ningún interés en absoluto para la historia, es muy gracioso, con su sordera de muro y su tembleque constante.
 

La banda sonora me ha encantado. Ha sido compuesta por Hans Zimmer, del que ya conocemos muchos y muy buenos trabajos. Creo que acompaña perfectamente a la película.

Hay que señalar un momento peculiar, que a mí me provocó una carcajada. No daré muchos detalles para no desvelar la historia, sólo diré que se trata de un homenaje al film Dos mulas y una mujer, película del oeste bastante conocida.

Las explosiones, tiros y demás artefactos de efectos especiales están a la altura de la primera. Son importantes los “relentizamientos” del tiempo en momentos de gran tensión o peleas, que, además de contribuir a la estética de la película, te permiten enterarte de todo lo que pasa.
 

En definitiva, si te gustó la primera te gustará la segunda, porque han conseguido mantener ese Sherlock que Robert Downey Jr. hace tan bien.