La distopía del mes (XLV): El planeta de los simios
El planeta de los simios (Planet of the Apes, 1968) es una película de Franklin J. Schaffner protagonizada por Charlton Heston. Su éxito propició la producción de cuatro secuelas: Regreso al planeta de los simios (Beneath the Planet of the Apes, 1970), Huida del planeta de los simios (Escape from the Planet of the Apes, 1971), Conquista del planeta de los simios (Conquest of the Planet of the Apes, 1972) y Batalla por el planeta de los simios (Battle for the Planet of the Apes, 1973), creando una saga en evidente declive. Además, hubo dos series de TV, una de imagen real y otra de animación, aunque ninguna de las dos pasó de la primera temporada. Años más tarde, Tim Burton intentaría resucitar esta historia con El planeta de los simios (Planet of the Apes, 2001), que resultó tan decepcionante para los fans del director como para los de la película original. Así las cosas, no parecía que se volviera a adaptar la novela homónima de Pierre Boulle de forma satisfactoria, hasta que llegó El origen del planeta de los simios (Rise of the Planet of the Apes, 2011) y su segunda parte El amanecer del planeta de los simios (Dawn of the Planet of the Apes, 2014), que resucitaron la saga con éxito de público y crítica. En 2017 se espera otra entrega: War for the Planet of the Apes, que esperamos que sirva para consolidar esta nueva etapa.
El director
Nacido en Tokio, Franklin J. Schaffner comenzó su carrera en Estados Unidos en televisión, una época que le hizo llevarse varios premios Emmy por su trabajo. El planeta de los simios (Planet of the Apes, 1968) le brindó cierta popularidad, pero alcanzó el estrellato con Patton (1970), que se alzó con 7 premios Oscar (entre ellos, a mejor director). Otras de sus obras más conocidas son Los niños del Brasil (The Boys from Brazil, 1978) o Papillon (1973). Schaffner solía colaborar con el compositor Jerry Goldsmith para la banda sonora de sus filmes, estableciendo un tándem director-compositor muy interesante.
La trama
Una nave espacial, con cuatro astronautas norteamericanos a bordo, inicia su viaje de regreso a la Tierra tras el cumplimiento de su misión en el espacio. Al finalizar el viaje, advierten que han aterrizado en un planeta alejado de la Tierra, dominado por unos simios inteligentes que han esclavizado a los humanos.
La distopía
Los humanos ya no son la especie dominante del planeta, sino los simios. Los seres humanos son considerados animales, por lo que se les esclaviza y se les caza como deporte. Un futuro aciago para nuestra especie, que cuenta con una escasez de recursos demasiado evidente como para recuperar su posición.
Estamos, sin duda, ante una de las visiones más desesperanzadas del futuro, en el que ya ni siquiera nos reconocemos en el espejo, despojados de nuestra inteligencia e incapaces de comunicarnos incluso con nuestros congéneres.
La crítica
La película está dividida en varios actos diferenciados; al inicio del metraje, el espectador puede sentir que está en una clásica película de ciencia ficción de temática espacial. Sin embargo, la irrupción de los simios cambia radicalmente la atmósfera. Desde ese punto, El planeta de los simios muestra una fuerte tendencia a mostrarse más como una película de aventuras que de ciencia ficción. El diseño de la nave es bastante llamativo, así como el poblado de los simios, con una clara influencia de Gaudí. Si bien es cierto que en la novela original los simios estaban bastante más avanzados tecnológicamente, las limitaciones de presupuesto hicieron imposible reflejarlo de ese modo, por lo que se optó por un estilo de vida más primitivo. La ropa de los humanos se compone de harapos, pero la de los simios son uniformes que reflejan su raza (orangután, gorila o chimpancé), así como referencias religiosas grabadas en los accesorios de cuero. Uno de los aspectos más importantes de la cinta reside en el maquillaje. John Chambers, maquillador profesional, conocido por confeccionar las orejas puntiagudas de Spock para la serie Star Trek, es el responsable de diseñar y elaborar las máscaras para las películas de la saga de los simios original. No en vano, se llevó un Oscar honorífico por este trabajo en 1969 (antes de existir un premio para esta categoría) y fue el primer maquillador en recibir una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood.
La fotografía de El planeta de los simios mantiene un tono y una profundidad excepcional. Y es que en el apartado de dirección de fotografía se esconde uno de los profesionales más reconocidos: Leon Shamroy, ganador del premio Oscar en dicha categoría en cuatro ocasiones (y nominado más de una docena de veces), y responsable de la fotografía de películas como Cleopatra (1963) o El rey y yo (The King and I, 1956).
Jerry Goldsmith es el encargado de confeccionar la banda sonora, brindando una música basada en elementos de percusión que confiere una atmósfera alienígena muy adecuada para El planeta de los simios. El compositor de la música de películas como Alien, el octavo pasajero (Alien, 1979), L.A. Confidential (1997) o Gremlins (1984), acaba haciendo que su música sea uno de los pilares más importantes de las películas en las que participa.
El actor principal, Charlton Heston, tuvo, después de su época de género peplum, la (por qué no decirlo) valentía de embarcarse en El planeta de los simios en una época en la que la ciencia ficción estaba relegada a la producción de Serie B. Recordemos que se estrenó el mismo año que 2001: Odisea en el espacio (2001: A Space Odyssey, 1968) y nueve años antes de La Guerra de Las Galaxias (Star Wars, 1977), que popularizaría definitivamente el género. Heston hace una papel muy desigual, aunque hay que reconocer que hace un gran trabajo global.
Los movimientos de cámara de Schaffner y los curiosos ángulos y planos, hacen de El planeta de los simios una obra muy interesante desde el punto de vista de la dirección y montaje, consiguiendo mantener la atención del espectador hasta el apoteósico final. Si bien es cierto que la escena final es conocida por todos, siempre conviene intentar ponerse en el lugar del público que tenía esta película el día de su estreno, imaginando el shock que tuvo que suponer el descubrimiento de Taylor. Aún hoy en día, sabiendo de antemano cómo es el desenlace de El planeta de los simios, el magnetismo y poder de la escena final es innegable.
Estamos ante un clásico del cine, y del género de la ciencia ficción en particular. Quizás tenga su punto de grotesco (unos monos gigantes inteligentes que ejercen la supremacía sobre el ser humano), pero El planeta de los simios, además de una visión extremadamente pesimista sobre el futuro, aporta una de las perspectivas más sombrías sobre el ser humano, reflejando en los simios nuestros comportamientos más odiosos, convirtiéndose en una versión de nosotros mismos mucho más cercana de lo que nos gustaría reconocer.
Larga vida a los simios.