Reseña: «La mensajera de los sueños imposibles», de Nieves García Bautista
Resumen de la Crítica
Puntuación
Relato apasionado, bien estructurado, con un manejo del tiempo y convergencia de varias historias que se disfruta de principio a fin.
No existen los sueños imposibles. Aunque en un determinado momento dudemos, debemos hacer lo imposible para que nada lo sea. Esto es algo que sabe a la perfección Nieves García Bautista, una autora madrileña que acaba de publicar La mensajera de los sueños imposibles y que tal vez ya conoceréis por El amor huele a café.
La novela se autopublicó en digital, donde logró posicionarse en los primeros puestos de la lista de más vendidos. Debido a su éxito, Suma de Letras ha decidido apostar por el papel regalándonos esta preciosa edición.
De estilo ágil, fresco y ritmo fluido La mensajera de los sueños imposibles transcurre a camino entre Francia y España. Conocemos a Marie Toulan, una joven francesa que trabaja como mensajera en Madrid, donde reside desde hace poco tiempo, oficio que remarca aún más su interés por ayudar a todo el que se cruza en su camino. Pero pocos saben que Marie ha huido de Francia con un secreto en su interior que aún le duele, y que conoceremos a lo largo de las tres partes en las que está dividida la obra.
¿Cuáles serán los motivos que llevaron a su protagonista a dejar su ciudad natal en Francia para embarcarse en esta aventura por Madrid? Desde ya adelanto que la tercera es la más emotiva de todas las partes, gracias a un final cuidado que acabará con la intriga y hará que a más de uno se le escape alguna que otra lágrima.
La historia, pues, va de menos a más e irremediablemente nos atrae tanto que cuando nos queremos dar cuenta estamos sumergidos en sus páginas, deseando saber cuál es la verdadera historia de Marie o qué tienen que ver los hermanos de Poitou —Olivier y Lana— con el anciano al que conoce Marie.
La vida de Marie no ha sido nada fácil; la tristeza ha estado presente en demasiados momentos, de ahí que siga hasta una terapia de colores para animarse y compensar su alegría. Por suerte, conocerá la verdadera amistad de la mano de Lana, una chica a la que también la vida castigó desde bien temprano y que también tiene sus propios problemas e inseguridades. Y, por supuesto, también conocerá el amor, leitmotiv de la obra.
Oli se convertirá en aquel del que jamás se querrá desprender, en la luz que nunca se va —parafraseando a The Smiths—, en su luz. Juntos compartirán una historia de amor nada fácil, pero las cosas que merecen la pena nunca lo son —precioso el momento en el que se mandan e-mails cifrados con mensajes secretos, su manera de quererse a escondidas—.
En definitiva, La mensajera de los sueños imposibles habla de contrastes con un trasfondo melancólico en donde la nostalgia, la memoria, los deseos y los traumas se entremezclan con los secretos, el amor y los sueños por cumplir, manteniéndonos en constante suspense.
«La vida te destruye, pensaba Marie con frecuencia. Te conduce a la muerte de manera inexorable, a veces sigilosa, sin que uno se dé cuenta. a veces se hace demasiado larga; otras, se acorta abruptamente, pero lo único seguro es la certidumbre del final. La vida no es más que el disparate de caminar hacia la muerte. ¿Y qué había más parecido a tomar conciencia de la muerte que el amor? Ese dolor sordo, imposible de ubicar con certeza, que se expande por todo el cuerpo, anega los sentidos y embota la razón. La incertidumbre ante el futuro y ante la persona amada, la conciencia de que el tiempo no se detiene, sino que avanza hacia el fin, y, en medio, el impulso de realizar ese amor, la ansiedad, la impaciencia».
Sinopsis:
¿Quién no tiene un sueño? Todos albergamos la esperanza de que algo grandioso llegue a nuestra vida. ¿Qué sueñas tú?
Marie trabaja como mensajera en el centro de Madrid y con cada paquete que entrega imagina que es la emisaria de secretos y sueños: quizá mensajes de amor, regalos especiales, una carta de reconciliación… Ha tenido que abandonar su pueblo natal en Francia, dejar atrás a su familia, a Lana y Oliver, pero los recuerdos la acompañan en su viaje a Madrid, adonde llega con un propósito que parece imposible. Gracias a su trabajo, conocerá a varias personas que, a pesar suyo, terminarán haciéndose un hueco en su vida. Todos ellos tienen un sueño y Marie hará lo posible por ayudarlos.
El ánimo de hacer feliz a la gente le permite continuar en una ciudad a cientos de kilómetros de la suya y no perecer entre las pesadillas que desvelan sus noches y las ausencias a las que todavía no puede renunciar. Sin embargo, todo comienza cuando, una noche Marie fotografía una escena aparentemente intrascendente. Este pequeño detalle pondrá toda su vida patas arriba.
«En la pantalla de la cámara, Marie repasa las imágenes que acaba de capturar. En contra de lo que tiene por costumbre, la joven ha fotografiado un encuentro íntimo que no la escandaliza, pero sí la sobrecoge por su extrema fealdad. Mientras se mete en la cama, reflexiona sobre la malversación del amor y la pasión arrojada a la basura, pero eso poco nos importa ahora. Lo que no imagina Marie es que ese momento que ella cree tan intrascendente va a cambiar la vida de varias personas, y hasta la suya, de una manera radical y definitiva. Es el comienzo del fin».