Crítica: “Hanzo, el Camino del Asesino vol 9”. Caza al Tigre.
Resumen de la Crítica
General
Guíon
Dibujo
Personajes
Historia
Edición
“Sobreviviremos, ¿Verdad? Sobreviviremos. Si, sobreviviremos”
Antes del final, una parada donde revivir las sensaciones de las microhistorias autoconclusivas que la ambición de la obra dejó de lado pero que no olvidó, convirtiéndose en un clásico instantáneo de toda la saga.
“La alianza de Ieyasu y Nobunaga continúa adelante, pero el ejército de Takeda, que lidera la caballería más fuerte, finalmente va a atacarles. Hanzo cree que si no matan a Shingen, Tokugawa no verá el mañana, y tras informar solo a Ieyasu, se disfraza del anciano Chosuke y se dirige a Kai, el territorio de Shingen. Entonces, llega hasta Taroza, una suppa de Shingen, pero…”
Este texto es el punto de partida del tomo y por primera vez en nueve volúmenes se hace un resumen de la historia hasta el momento, que pone en situación al lector para adentrarse en el contexto global de la obra en una parcela narrativa que se había dejado de lado, la que funciona separada de la política, la familia y la guerra. Nos reencontramos con el Hanzo que actúa en solitario contra una amenaza imposible, donde las artes marciales se subordinan a las tretas y estrategias. Su objetico es claro: matar a Shingen, amenaza declarada de su señor. Su infiltración como el anciano Chosuke nos ofrece una historia dentro de otra gran historia que funciona de forma autónoma a la principal, cuyo acierto radica en desconectar la emoción y el drama en el enfrentamiento bélico a varias bandas que hemos visto en los tres arcos argumentales anteriores.
Las 295 páginas que ocupan “Una Carga Pesada y Odiosa” es una pequeña joya en este largo collar de brillantes que supone El camino del Asesino. La Doble K coloca a Hanzo en su prueba definitiva, cualquier error, mortal de necesidad, provocará la destrucción de lo creado por su señor Ieyasu. No sólo debe pasar las duras pruebas de Taroza, lugarteniente de Shingen, para que no le descubra, sino también encontrar el momento perfecto para cumplir con su objetivo. Taroza es otro descubrimiento. Si pudiéramos pensar que ya estaba todo el pescado vendido y que por llegar al final los actores estaban ya amortizados, más lejos de la realidad. Taroza es la unión perfecta de varias tramas. Por un lado representa la gran adversidad intelectual y física del protagonista, este debe pasar el control de “calidad” que la mujer le impone para asegurarse la presencia al lado del Tigre Takeda. Por otro, es el vehículo perfecto para conocer históricamente el lugar de las mujeres en tareas masculinas y como afecta esto a sus subordinados, sin perjuicio del aprovechamiento de esta circunstancia como medio de Hanzo para lograr su fin. Por último, nos ofrece una historia romántica como la copa de un pino, dura pero apasionante, con un crecimiento en los sentimientos de ambos creíble y encantador, demostrando que Hanzo es un rompe corazones ya tenga la apariencia de un atlético ninja o un viejo locuelo, y ello gracias a unas descripciones maravillosas del rol de la mujer en el mundo suppa, con las exageraciones propias de Koike, pero muy afinadas en su mayor parte. Esta parte del arco argumental es uno de los ejemplos de la grandeza de la Doble K, el típico capítulo donde la espectacularidad de los combates y el dinamismo de la acción se dejan de lado por las grandes reflexiones y los hábiles discursos que conducen al mismo resultado, una conexión total lector-autor que devora las páginas sin remordimiento alguno. Si a eso le añadimos el suspense y la sorpresa en el éxito del plan de Hanzo, los seleccionados clímax y el impresionante dibujo en un escenario impropio a lo visto anteriormente, la historia se convierte en un clásico instantáneo en la totalidad de la obra.
Después de tantísimo entretenimiento, el volumen nos ofrece otro malo del mes. No olvidemos a estas alturas que este recurso es uno de lo elementos que encumbran esta obra, y los diseños de todos ellos son tan especiales y distintos entre sí, que sin ellos los lectores nos quedaríamos sin ese delicioso dulce de todo buen banquete. Y es que la ración bimensual de asesino despiadado a lo Street Fighter es obligatorio. En este caso Las Tres Damas de la Corte será el oponente escogido, tres bailarinas cuya exótica danza hipnotiza a sus víctimas para así asestar el golpe final. Juntas forman una máquina de matar sin rival que obligarán a Hanzo a darle otra vez al coco para salir de esta. El estilo de combate de estas tres son el perfecto cebo para reencontrarnos con el Kojima secuencial y cinético. Con una alternancia de grises y claroscuros que le dan ese toque sobrenatural que tanto domina, otorgan a sus personajes la aureola espectral que el estilo de lucha de las asesinas merece. En definitiva, el postre ideal para un suculento plato único.
Ya sólo queda un tomo más. El final se acerca. Dieciocho meses han pasado desde el primero, una sensación extraña que se acabe la experiencia Hanzo-Ieyasu. Cosa que se arregla leyéndola desde el principio y de una sentada, con la seguridad que será un claro redescubrimiento.
Hanzo No Mon, Koike Shoin Publishing Co. Hanzo, El Camino del Asesino nº 9, ECC Ediciones. 448 páginas. Blanco y Negro. Rústica. PVP.: 14,95 €.