Crítica: «Batman v Superman: el Amanecer de la Justicia», sin spoilers.
Resumen de la Crítica
General
Para bien o para mal... un inicio
Solo sus carismáticos e icónicos personajes salvan una aventura irregular que avanza a saltos y que defrauda con las sorpresas que ofrece.
Poco después del estreno de Man of Steel, Warner anunció que en su siguiente película del universo DC se verían las caras sus dos personajes más emblemáticos, los iconos del cómic de superhéroes por antonomasia, Batman y Superman. La perspectiva de tenerlos juntos en pantalla nos hacía soñar a los que hemos crecido leyendo sus cómics, así como a las nuevas generaciones que asisten al surgimiento y consolidación de un subgénero cinematográfico como es este de los superhéroes. Esta película llega, además, en una época muy fructífera del mismo, regenerándose y ofreciendo productos de calidad creciente e indiscutible, incluso en la pequeña pantalla.
¿Está, pues, Batman v Superman: el amanecer de la justicia a la altura de lo que se esperaba?
Para empezar, y siendo consciente de que una crítica presupone componente partidista del que la escribe, decido huir de esa subjetividad y buscar la respuesta más justa: la reacción de la sala tras su emisión en el preestreno. Y la reacción fue de frialdad, de silencio. Ningún aplauso. Caras serias en su gran mayoría. La reacción generalizada fue esa, la de indiferencia.
El mismísimo Zack Snyder nos pedía, en un vídeo previo a la película, que no contásemos nada para no destripar argumentos y giros y permitir que los siguientes espectadores la disfrutasen y se sorprendiesen como nosotros. Como soy una persona obediente, respetaré su petición. Por eso y porque no hay mucho que spoilear, aparte de detalles puntuales, guiños al lector y un final de cartón piedra… quitando eso, lo que vemos en la película se aleja poco de lo visto en el tráiler.
Además, el impedimento de contar ciertas cosas me ata de manos para explicar que algunas escenas incluidas en los tráilers son, directamente, intrascendentes y, puestas fuera de contexto como estaban, hacían esperar algo que jamás llega a ocurrir en las dos horas y media que dura la película.
Empecemos con los actores. Ninguno destaca entre el resto porque su actuación deslumbre, ya que ninguno brilla en realidad. Ben Affleck salva bien la papeleta e interpreta a un Bruce Wayne maduro con la carrera de justiciero ya avanzada. Henry Cavill hace exactamente el mismo trabajo que en el Hombre de Acero, para bien y para mal, llegando muy justo a los momentos más dramáticos del film, que él y Lois protagonizan, quedando la hermosa Amy Adams muy por encima del guapo actor. Gal Gadot poco puede hacer, ya que su aparición es breve aunque constante... si, ya sé que suena extraño y contradictorio, pero es así. Mejora muy mucho cuando aparece encarnando a la princesa Diana (para el que escribe, lo mejor de la película), disfrutando de la pelea como buena guerrera que es. Pero si a estos actores se les puede poner un pero, a Jesse Eisenberg hay que hacerle un monumento. Le toca lidiar con un personaje como Lex Luthor que ha sido transformado para la ocasión en «el Joker de turno». Histriónico, parlanchín, eléctrico, payaso… Alguien debe pensar que la mejor manera de mostrar la locura-maldad de un personaje es copiar la personalidad del Joker y eso, en una película que se presupone para público adulto, no deja de ser un insulto. Lex Luthor ya está creado en los cómics y es flemático, locuaz, educado y sí, psicópata… no hacía falta transformarlo en esto y convertirlo en un generador de «deus ex machina» para que pueda avanzar la endeble historia.
Más de 200 millones de dólares ha costado la película. Y se nota. La producción y el diseño son fantásticos. Cada localización está cuidadosamente representada, los personajes se mueven por tierra, mar y aire con asombrosa naturalidad y pese a estar disfrazados (cuando lo están) jamás caen en el ridículo. Gran acierto adoptar para Batman la imagen que presenta en los videojuegos de la serie Arkham, al igual que el batmóvil. Wonder Woman sale bien parada pese a lo difícil que puede resultar su puesta en escena y destila, además, energía y furia.
Pero el mayor problema de la película quizá sea su ritmo denso y engañoso. Con una primera mitad en la que solamente avanza a base de golpes de efecto, a trompicones, pues entre un golpe de efecto y otro, nada pasa. Sí, es verdad, que esos momentos te pueden dejar con la boca abierta, pero entre uno y otro se suceden los minutos sin que nada pase y el tedio se apodera del espectador, algo que parecía increíble en una película con este título. Lástima me dan los miles de niños que vayan al cine a ver a sus héroes. El ritmo se recupera en la parte final, cuando los héroes se ponen el traje de faena y comienza a revelarse la amenaza real… pero el guión es muy frágil y el espectador, despistado por tanto cliffhanger y tanta escena rodada con slow motion, no va a perdonar esos agujeros de los que adolece dicho guión. Además, el final es absolutamente engañoso y está recubierto de falsa épica.
No voy a detenerme con los diálogos, que me parecen insultantes en una película de este coste. Ni tampoco en ciertas escenas impostadas que solo los que conocemos los cómics sabremos apreciar, aunque no dejaremos de preguntarnos a santo de qué las incluyen. Tampoco en la sensación de un montaje errático, quizá esa versión de 3 horas del bluray desvele algo más… Prefiero dejaros a vosotros mismos que juzguéis la película después de verla, procurando no dejaros llevar por la devoción del fan pero intentando disfrutarla. Yo no pude.