Crítica: «Superman, Por el Mañana». De Brian Azzarello y Jim Lee
Resumen de la Crítica
General
Guión
Dibujo
Personajes
Historia
Edición
“¿Si dedicas tu vida a la humanidad, al final te considerarás más humano que nadie?”
La obra, que deja muy buenos momentos e imágenes, es valiente en combinar la luminosidad canónica marca Superman con un halo pesimista en el personaje, atípico pero necesario para vestirle unos pies de barro que permitan sacar defectos a lo perfecto.
Vértigo le debió dar a Brian Azzarrello aparcar su Vertigo particular para enfrentarse durante un año a El Hombre de Acero con Jim Lee de árbitro y promotor millonario del combate. Acomodado, y con razón, en las exploraciones míseras y mezquinas de la naturaleza humana en las esquinas más oscuras de las metrópolis fiesteras y deprimidas norteamericanas, con las asfixiantes pero adictivas y encumbradas 100 Balas y Hellblazer, pagó peaje para adentrarse en una esquina más luminosa de una Metrópolis ficticia, campo de pruebas de un alienígena omnipotente que lleva absorbiendo la colectividad pop propiedad de los que saben leer y escuchar desde hace más de 75 años. ¿Azzarello y Superman?, ¿el de Cleveland y el de Kandor?, ¿el tío (en 2004) que lo máximo que se ha acercado al cómic de súper héroes ha sido para tramitar quejas a tíos atormentados tipo Bruce Wayne, Bruce Banner y Luke Cage, se va a convertir en confesor de Superman?, eso será en una tierra alternativa!!!! De la nuestra desde luego, pero en la tierra Superman nums. 204 a 215 no. Don Brian se disfraza de sacerdote guaperas y le arrima el hombro al kryptoniano para su desahogo completo habida cuenta que el alcohol de garrafón no le afecta por su peculiar naturaleza. Porque efectivamente, en “Por el Mañana” el escritor le echa unos cuantos arrestos para analizar las reflexiones en voz alta del protagonista sobre su condición, motivación, empatía y destino en un mundo que, o bien da por sentado que siempre va a estar ahí para salvar la papeleta o que bien le exige más pero al que le da corte pedirlo. El autor aprovecha para rascar las capas del armazón íntimo del personaje y descubrirnos, mediante la salida del armario de los detalles enumerados más arriba, las inseguridades, dudas, miedos y pesares que le ahogan. Con independencia del resultado final, la idea merece todos los respetos. Y en esta particular odisea de doce trabajos o comics books, veremos en muchos de ellos una fragilidad interior en el más grande superhéroe muy pocas veces vista, porque no teme a un enemigo, a una situación medioambiental o invasiva imposible de detener, sino si él mismo es una amenaza que desconoce ya sea por acción o inacción y si es su destino lo que está maldecido por un defecto de nacimiento: el orgullo de Krypton que provocó su caída.
Un extraño fenómeno ha provocado la desaparición de millones de personas, Lois Lane incluida, y un año después, Superman sigue sin encontrar una explicación. A medida que se desfoga en el padre Leone y analiza los principales eventos en lo que se ha enfrentado en los últimos tiempos, el run run que le corroe por dentro va floreciendo y la sensación de que su mundo de procedencia y lo que espera del futuro tengan algo que ver, le desconcierta. Eso dará como resultado que su alma quede tan al descubierto que se permitirá encontrar esa humanidad dudosa de la que él tanto recela, para colocarse de igual a igual con un simple mortal en una enfrentamiento dialéctico que le permita dar con el problema. Nada mejor que una buena conversación para despejar la mente y ver todas las posibilidades desde todos los ángulos. Y lo más importante, hasta que punto se siente obligado moralmente para proteger el mundo que le ha dado refugio para hacer todo lo posible de garantizarlo a largo plazo, ¿hasta donde va a llegar por el mañana?
Con dos bloques bien diferenciados, las pesquisas se desarrollarán en el primero de ellos con el recurso narrativo del flashback de larga duración para justificar las escenas contemporáneas más cortas en el tiempo. Esto permite la alternancia entre la acción espectacular con momentos convencionales, pero trascedentes en la exploración individual de los dos protagonistas, Kal El y el padre Leone. Aquí comprobaremos el buen pulso de Jim Lee en entornos bélicos, cósmicos y fantásticos, ya sea con amenazas alienígenas, ya sea con adversarios sobrenaturales que solo alguien como Supes puede solventar. Puesto que en esta primera parte, la historia está contada hacia atrás, el arte de Lee es más agradecido ya que su sentido narrativo, más próximo a imágenes congeladas en el tiempo, alcanza momentos de gran épica y espectacularidad visual, en contra de un sentido narrativo más fluido y dinámico, y puesto que donde esto último cobra más razón de ser en los momentos íntimos o privados, no se le exige tanto y cumple al tratarse de puras conversaciones. Y entrada la parte final del arco, la sección de las respuestas, la acción se desata y como es el marco escénico donde mejor se mueve el coreano, pues la mitad pa´ti (Azzarello) y la mitad pa´mi (Lee). Pero esto no quiere decir que deje descolgado las premisas lanzadas al principio, y el análisis del escritor sobre los pecados de Krypton en comparativa con los pecados de la Tierra, véase conflicto perenne en África y vulnerabilidad humana, permite la recuperación de personajes icónicos en la trayectoria mitológica del héroe.
El que la historia se suceda en doce entregas y que Jim Lee sea un mandamás en el encargo, permite que en cada uno de ellos aflore la especialidad de este, las espectaculares primeras-dobles páginas y entradas majestuosas en las secuencias narrativas del protagonista, un personaje que por su idiosincrasia agradece bastante este tipo de arte. En mi opinión, los aficionados del dibujante estarán de enhorabuena porque se nota que está inspirado, tipo Batman Silencio, donde introducirá al personaje en todos los ámbitos posibles: tierra, mar y aire. Con protagonistas tales como la glamurosa Metrópolis, el maltratado continente africano hasta el desasosegante Krypton terrestre (La Fortaleza de la Soledad), como el inconmensurable marco de acción de Aquaman, la parcela espacial de la Atalaya (JLA) y el roce con el universo Green Lantern, pasando por elementos sobrenaturales con trasfondo wonderwomaniano detrás y una escenografía dimensional paralela con el consiguiente desarrollo de paisajes fantásticos. Lo mejor de la obra radicará en eso precisamente, un buffet libre donde un lector cogerá determinados platos que otro dejará, y viceversa.
En mi opinión, la obra deja muy buenos momentos e imágenes, el diseño de criaturas y entornos ya sean propios como fantásticos es impecable tanto en diseño, presencia y espectacularidad. La luminosidad que desprende el universo de ficción marca Superman se respeta al máximo por lo que no se sale del canon predeterminado, a pesar de que la historia deja un halo pesimista en el personaje atípico pero necesario para vestirle unos pies de barro que permitan sacar defectos a lo perfecto. Y la épica está servida en todos y cada uno de los capítulos, aliviada por una trama bien gestionada que permite aclarar lo inicialmente planteado paso por paso.
Por último destacar la edición de ECC Ediciones, tanto en continente como en contenido, partiendo de esta línea editorial, “Grandes Autores de Superman” que tan buen sabor de boca está dejando a los lectores, y que acoge en este caso a “Por el Mañana”. A la tapa dura hay que unirle una buena calidad de página y un aspecto visual en estas de gran calidad, aliñado con unos extras muy provechosos como son unas palabras en primera persona de los dos autores, así como apuntes y bocetos del Sr. Lee bastante numerosos con las necesarias portadas, tanto oficiales como alternativas. Una edición inmejorable.
Superman nums. 204-215 y Absolute Superman: For Tomorrow. Superman: Por el Mañana, Grandes Autores de Superman. ECC Ediciones. Cartoné. Color. 344 pags. PVP.: 30 €. Fecha de edición: Septiembre 2015.