Hello Friki en el FICX53
La semana del 20 al 28 de Noviembre ha tenido lugar en Gijón la 53ª edición del Festival Internacional de Cine de Gijón (FICX53), y, como en anteriores ocasiones, Hello Friki ha estado allí para cubrir el evento.
El FICX53 mantiene su estructura con respecto a ediciones anteriores, desde que Nacho Carballo , su director, tomara el mando hace tres años. También existe una continuidad en su filosofía, con la creación de numerosas actividades paralelas y un concepto de cine independiente apto para todos los públicos.
¿Qué significa esto de “para todos los públicos”? El FICX pretende atraer a todo el mundo a las salas de cine, no solamente a los más cinéfilos. Es por ello que la selección de películas se hace en base a este criterio, exhibiendo obras que puedan resultar interesantes a casi todo el mundo. ¿Inconvenientes? Lo más destacable es una ausencia de propuestas arriesgadas en la Sección Oficial, que a fin de cuentas, es lo que va a definir el estilo del festival. Por ejemplo, en la entrevista concedida a Hello Friki el año pasado, Carballo afirmaba sentirse cada vez más alejado del Festival de Sundance, y, sin embargo, varias películas de la Sección Oficial han pasado por dicho festival. La razón está clara: aunque queramos vestir al FICX de radical, hay que asumir que para atraer a la mayor parte del público deben presentarse propuestas moderadas, más del estilo de Cannes o Sundance. Por otra parte, es cierto que para subsanar esta tendencia de la Sección Oficial existen otras secciones, como FICXLAB, en las que poder explorar campos más alejados de lo convencional.
En general, en esta edición se vieron fallos organizativos leves (principalmente al inicio de la semana, que se fueron subsanando con el tiempo), y una excelente acogida del público, al menos en número. Sin embargo, está presente la sensación de que el FICX no avanza. ¿Se puede permitir el FICX “mantenerse” donde está? Podría decirse que sí, especialmente si tenemos en cuenta que ha obtenido este año la máxima calificación por parte del comité de expertos del Instituto de la cinematografía y de las artes audiovisuales (ICAA). Sin embargo, hay ciertos aspectos que hacen pensar lo contrario. Por ejemplo, parece existir una presencia reiterada de ciertos directores, que presentan sus películas cada edición, a quienes se ha dedicado una retrospectiva en los últimos tres años. Por otro lado, Carballo pasa de defenderse de las acusaciones de no defender al cine asturiano a programar un festival en el que el cine regional representa casi un 18% del metraje. ¿Se trata realmente de un esfuerzo para mostrar la calidad (existente) del cine asturiano o esconde cierta incapacidad para traer cine de más allá del Cantábrico? Y por último, está el caso de I Am Your Father (2015), enmarcada en un pase especial del Ciclo VOS, que pretende acercar al público asturiano películas ausentes de la parrilla de cines comerciales. Casualidad o no, lo cierto es que a la vez que estaba siendo proyectada en el FICX53, también lo hacía de forma simultánea en una famosa cadena de cines en la ciudad de Oviedo, por lo que el objetivo de dicho ciclo quedó en entredicho. Por todo ello, cabe pensar que la situación actual del festival precisa de una profunda valoración de los puntos débiles, comenzando por la propia identidad del FICX: ¿Es lo que realmente pretende ser?
Pero vamos a las películas, que es lo que realmente importa en el festival. Dentro de la Sección Oficial del FICX53 encontramos bastante variedad, tanto en temáticas como en estilos. Para no atiborrar al lector de títulos, hemos elegido unos pocos, los más llamativos. Si hay dos películas que son imprescindibles dentro de la Sección Oficial son:
Right Now, Wrong Then (2015). Un director de cine independiente conoce a una artista que le formula una pregunta. La respuesta lo cambia todo. Si hubiera respondido de forma diferente, ¿habrían sido del mismo modo las cosas? Hong Sang-soo dirige esta amable película, completamente dentro de su estilo habitual, que ha ganado el premio a mejor película en esta edición. Aparentemente sencilla, compleja en el fondo y con un manejo del lenguaje cinematográfico tan diestro como natural. Una joya.
Land of Mine (2015). Tras finalizar la Segunda Guerra Mundial, la costa oeste de Dinamarca está plagada de minas. Para desactivarlas, los daneses utilizan a unos 2.000 soldados alemanes cautivos, la mayoría de ellos adolescentes. Un inflexible sargento danés dirige uno de estos grupos, y, a pesar de la aversión que siente hacia ellos al principio, algo hace que su punto de vista cambie. Una propuesta de Martin Zandvliet, que explora las consecuencias de la guerra desde un punto de vista novedoso y llamativo, con escenas de alta tensión y que ponen los pelos de punta en más de una ocasión.
Otras películas que merecen una mención especial son Je suis un soldat (2015) o One Breath (2015), que aportan novedosos e interesantes temas con unas interpretaciones absolutamente magníficas. Ambas tratan el tema de la crisis económica, pero desde puntos de vista muy diferentes. Mientras en la primera se muestra la crisis de identidad que sufre una joven debido a la falta de oportunidades, en la segunda se profundiza en las diferencias existentes entre países como Grecia y Alemania.
Una sección especial destacable del FICX53 es ¡Sigue grabando!, que presentó películas agrupadas bajo el título de falso documental, con la hilarante Incident at Loch Ness (2004) o Troll Hunter (2010) entre otras.
Géneros Mutantes, sección dedicada a la ciencia ficción y el terror, trajo este año títulos tan diversos como la aclamada The Invitation (2015) o la absurda (no en el buen sentido) Cosmodrama (2015).
Todos los años se dedica una o dos retrospectivas a una figura de importancia dentro del mundo del cine. En el FICX53 esta sección tuvo como protagonista al tailandés Apichatpong Weerasethakul. Ya en 2012 presentó en este festival Mekong Hotel (2012), que resultó ser una pérdida de tiempo para todos los que nos quedamos hasta el final, ya que la mayor parte del público abandonó la sala antes de llegar al ecuador de la película. Pues bien, este año, incluso desoyendo a amigos y familiares, decidimos acudir al pase de su nueva película: Cementery of Splendor (2015). Alguno puede preguntarse el motivo, más aún teniendo en cuenta la horrible experiencia vivida anteriormente con este director. Pues bien, no se puede negar una segunda oportunidad a nadie, y tampoco se está en capacidad de juzgar justamente a cualquier profesional por una sola obra, ya que podría no ser representativa del resto de su carrera. Craso error. La tortura comienza con el corto Vapour (2015). Veintiún tediosos minutos de corto, sin música ni sonido alguno, con secuencias interminables, que parecían buscar la agonía del espectador. Varias personas abandonan la sala durante el corto, quizá suponiendo que era la antesala de algo similar, pero de mayor duración. No estaban equivocados, por supuesto. Después de ver Cementery of Splendor, uno siente que le han robado su tiempo. Toda persona que afirme tajantemente que cualquiera (sí, cualquiera) de las película de Marvel es aburrida, debería ver cinco minutos de la que nos ocupa, ya que la palabra “aburrida” revelará nuevos e inquietantes significados. Es cierto que en un festival de cine independiente es fundamental tener la mente abierta a nuevas propuestas, pero parece que a este director le importa muy poco el público, al que agota y maltrata. Sus películas carecen de fórmulas para buscar la empatía o mantener la atención en la pantalla, por lo que es inevitable que la mayor parte de los espectadores abandonen la sala. Cementery of Splendor, al igual que Mekong Hotel, es un sinsentido tras otro, a una velocidad tan lenta que arranca bostezos de forma continua. Sinceramente, no sabemos dónde reside el interés de Apichatpong como para dedicarle una retrospectiva en el FICX53.
Laurent Larivière, director de Je suis un soldat (2015), durante una de sus intervenciones en el festival, definía algunas relaciones de pareja como “de transición”. Es decir; en ocasiones podemos tener una relación con una persona aunque sepamos que no va a durar mucho, porque en el fondo seamos conscientes de que no encajamos del todo. Sin embargo el hecho de tener esta pareja puede ser fundamental para tener otra relación más adelante que realmente sea significativa o definitiva en nuestra vida. Esta reflexión de Larivière no es baladí, ya que existe un fuerte paralelismo con este FICX53. Podríamos afirmar simplemente que esta edición ha sido floja, pero preferimos pensar que se trata de una edición de transición, una fase necesaria para llevar al festival a un nivel mayor en el futuro. Al menos, eso esperamos. Sabemos que el equipo responsable ya está pensando en la próxima edición, y a nosotros sólo nos queda desearle una larga y próspera vida a este pequeño gran festival. ¡Hasta el año que viene!