Crítica: SPIDER-GWEN, de Jason Latour y Robbie Rodriguez. Ha venido para quedarse.
Resumen de la Crítica
General
Guión
Dibujo
Personajes
Historia
Edición
“Ahora esta máscara es mi placa. Si no defino lo que significa…lo harán monstruos como este”
Una obra casi obligatoria para los fans del trepamuros y bastante recomendable para los que quieran entrar en una lectura de pura evasión y diversión con una estupenda presentación y desarrollo de personajes.
Soy de los que mantienen que la saga Spider-Verse ha tenido más luces que sombras. Y una de esas luces se llama Gwen Stacy. Precisamente no nos encontramos con una versión alternativa del personaje que forma parte del típico elenco secundario de Peter Parker (eso está muy visto) y tampoco es que el spider sea un mote o alias por nosequé cosa. Que va, la cosa es mucho más seria de lo que podemos imaginar en un principio y no es una repetida gamberrada maravillosa pasajera. Es Gwen Stacy, nuetra Gwen de toda la vida, con las habilidades arácnidas del Sr. Parker. Las mismas. Con idénticos problemas y situaciones, pero no por el hecho de que un individuo posea las propiedad de una araña vía picadura radiactiva, sino por el hecho de que un adolescente sea la víctima de este capricho del destino. Si pensamos que la línea Ultimate era el rincón definitivo como última oportunidad para plantearnos versiones alternativas bien construidas y desarrolladas, aproximadamente quince años después de la introducción de este concepto, casi sin querer, nos reencontramos con el mismo sentimiento que supuso Ultimate Spiderman como revisión actualizada del personaje. Coincide en modos, lenguaje, ritmo, estructura y demás, pero de nuevo, como si de un deja vu se tratara, asentándose en el contexto sociológico contemporáneo. Y eso que en este caso el origen de esta Spider Woman se cuenta en dos páginas (otra curiosidad que el nombre de la serie no coincida con el nombre del alter ego de Gwen) y el del Parker Ultimate en tres cómics (gloriosos, atemporales emotivos y recordados para este quien escribe) funcionando exactamente como ocurrió a finales de los noventa con Spider Girl (May Parker). Decir sobre esto último que esa serie nación fruto de un numero de la serie What If donde se contaba su origen (que partía del desenlace de la saga del clon) que causó el suficiente impacto como para que la dieran una serie que duró cien números y un segundo volumen. Y aquí ha pasado lo mismo: el personaje debuta en la serie Edge of Spider-Verse nº 2 USA, aparece en el evento arácnidoUniverso Spiderman y convence tanto que le dan serie propia. La pena es que las malditas (ojo, en este caso) Secret Wars 2015 han fastidiado el invento. Esperemos que sea provisional y que supere las cien entregas.
Nos encontramos en la Tierra 65, alternativa a la tradicional por tanto (616), donde una jovencita Gwen Stacy es picada por una araña radiactiva adquiriendo las habilidades de la misma (¿esto suena verdad?) que tras sufrir un trauma personal con su consiguiente sentimiento de culpa (¿otra vez suena verdad?) decide luchar contra el crimen. Esto que se cuenta en dos páginas nos va a dar, no sólo la oportunidad de reencontrarnos con Gwen, sino de reencontrarnos con una revisión del mito arácnido con el personaje más insospechado. Porque las mismas dudas e inseguridades surgirán en ella como en todas las versiones alternativas parkianas, pero desde un punto de vista distinto. El canon trágico se repetirá: obtiene los poderes, lo aprovecha para lucrarse en espectáculos televisivos y por subestimar su nueva condición provoca involuntariamente una víctima mortal, recibiendo desde el exterior la famosa lección del “todo gran poder…”. Pero si dijéramos que esa víctima mortal es un Peter Parker que maltratado en el instituto e influenciado por la novedad que supone esta mujer araña se trasformara en el Lagarto y cae víctima del experimento, y el discurso tiobenizado lo profesa J.J. Jameson, la cosa no es que mole un montón es que mola que te pasas. A partir de aquí una sucesión de eventos muy propios del mito arácnido: combates con versiones de supervillanos clásicos, siempre incomprendida y perseguida por la ley y los medios y siempre combinado con un rico paisaje de secundarios y situaciones cotidianas que provocarán la duda en el lector con que entrono quedarse, si el de Spider Woman o el de Gwen. Porque la sensación es que todo es viejo pero nuevo a la vez. Las situaciones ya se han visto, pero la frescura, el dinamismo, el realismo, el humor, los diálogos, los entresijos que encierran estos, son refrescantes, como la mejora esporádica del parque temático más querido de un crio. “Es amor a primera vista” ahora se dice de otra forma: “Has sufrido un Spider-Gwen”. Que personaje más maravilloso es este, con que delicia y con que tacto han resucitado a la intocable Gwen de la manera más sorprendente. Y todo esto concentrado en seis únicas grapas. El desarrollo de tantos secundarios de forma tan detallada pero sucinta, sin empachar, así como las diversas tramas propuestas, enganchan a la primera.Un capitán Stacy como protector y valiente padre, un Frank Castle como duro y eficaz policía con un físico imponente, una Jean deWolf deslenguada, cínica y con mala uva pero tierna a la vez, una Gata Negra música y criminal a la vez, una Mary Jane Watson arrolladoramente superficial y egocéntrica, el matrimonio Parker afrontando solemnemente su pérdida…y la traca final: un Matt Murdock de nuevo abogado con las mismas habilidades que en la tierra 616 pero en el otro lado de la ley como consiglieri de Kingpin, con una maldad, sadismo y humor negro que corta la respiración. Sublime esta vuelta de rosca de Daredevil, que ya merece serie.
Los guiones de Jason Latour son fáciles, hábiles y dinámicos. Todo lo que rodea a la dialéctica juvenil y adulta esta perfectamente resuelta, y la construcción en cuanto a presentación y motivaciones de todos los personajes es soberbia por lo comprimido de sus intervenciones. Conoces mucho de todos en poco espacio, sin excesivos textos. Además otra cosa interesante es que plantea la obra con un protagonista claro pero sin alejarnos de un planteamiento coral. Personalmente la considero una obra de estas características con un protagonista claro, pero donde no todo gira en torno a ese protagonista, sino que los secundarios tendrán sus propias parcelas relevantes en sus distintas subtramas argumentales. El dibujo a cargo de Robbie Rodríguez es perfecto para el tono y desarrollo del arco. Considero que tiene un estilo similar a la animación juvenil audiovisual respecto a las anatomías y expresiones, delimitado por un trazo fino y suelto que entra por los ojos de forma cristalina. Además narrativamente es un portento, teniendo en cuenta que el personaje central no para de moverse en todos lados y los guiones le obligan a acometer varios combates, cumpliendo muy dignamente en las situaciones de esfuerzo físico, con otras mas mundanas y costumbristas como conversaciones a la barra de un bar.
Por ultimo destacar la gran idea de recuperar otra de esas luces que iluminaron el terreno en Universo Spiderman llamada Spider Ham, la versión porcina del mito que Marvel publicó en esa rareza llamada Peter Porker, The Spectacular Spider-Ham y que tan buenos momentos nos obsequió en el mentado evento. Además viene introducido como encarnación corpórea del subconsciente de Gwen similar a lo que hizo Grant Morrison con Batmito en Batman RIP.
Una obra casi obligatoria para los fans del trepamuros y bastante recomendable para los que quieran entrar en una lectura de pura evasión y diversión, de manifiesto trasfondo juvenil pero muy disfrutable igualmente para el público adulto por el devenir de todo el elenco, lo que conlleva que estemos ante un cómic para todos los públicos que disfrutarán desde los más jóvenes a los más veteranos en edad y en lecturas.
Edge of Spider-Verse nº 2 y Spider-Gwen nums. 1 a 5 han sido publicados por Panini Comics en la colección El Asombroso Spiderman nums. 101 y 105 a 108.