Críticas de cómics

Crítica: «Flash. 11», Barry Allen del Pasado Futuro.

Resumen de la Crítica

General
Guión
Dibujo
Personajes
Historia
Edición

Para incondicionales

Un tomo que cierra muchas líneas argumentales pendientes, que abre otras, y que no guarda ninguna sorpresa especial.

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El tomo número 11 de Flash dentro del Universo de los nuevos 52 continúa la historia inconclusa del anterior (que podéis leer aquí) y que nos dejaba un panorama demasiado abierto, inexplicado y en cierto modo caótico. Intentaré explicarlo en pocas líneas, a ver si soy capaz…

Nos encontramos en los meses posteriores a la saga Maldad Eterna y aun podemos ver los estragos que dicha crisis produjo por todo el mundo DC.

Un Barry Allen del futuro llega a nuestro tiempo para impedir un cataclismo producido por la grieta que se abre en la Fuerza de la Velocidad, causada por el uso excesivo de la misma. Lo consigue al alto coste de la vida de uno de los velocistas (no diré quién) y, además, el Barry Allen actual se ve desplazado a un extraño mundo salvaje donde conviven animales, robots y gente extraídos de distintas lineas temporales. El Barry Allen del futuro sabe que ahora es el único que habita el tiempo actual y decide quedarse en él y recuperar aquello que ha perdido en el futuro del que viene… Y así comienza el tomo que tenemos entre manos y que recopila los números 37 a 40 de la edición americana en plena celebración del 75 aniversario del personaje.

En este número 11 se cierran todas la lineas argumentales antes expuestas… y es lo único que diré del argumento pues, si bien no es en absoluto profundo ni innovador, si es en extremo frenético y repleto de acción, por lo que cualquier referencia a él desvelaría demasiado. La estancia de «nuestro» Barry Allen en el Mundo Salvaje de la Fuerza de la Velocidad no es más que una excusa para crear un nuevo villano, ya lo veréis… y, por favor, que alguien me explique qué es eso de la Tierra Salvaje de la Fuerza de la Velocidad. Ni le encuentro sentido ni explicación. Como no puede ser de otra manera, algunas tramas se cierran solo para generar nuevas… y para dotarnos del inevitable cliffhanger que despierte y anime nuestras ganas de seguir leyendo la serie.

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Robert Venditti firma unos guiones lineales, casi de manual, donde los momentos más destacados se generan por si solos traídos por la inercia de los acontecimientos. Y es que pasa lo que por lógica debe pasar dadas las circunstancias, aquí no hay giros ni sorpresas aunque al final del tomo sí suceden un par de cosas que cambiarán la vida de Barry Allen y de Flash (a los dos niveles) Esto casi sirve de chasquido para despertar al lector que a esas alturas habrá sucumbido a la inercia de la historia… lo que me lleva a reflexionar que, si bien no es un argumento memorable, si es lo suficientemente efectivo para mantener el interés del lector.

En el dibujo tenemos a Van Jensen llenando las páginas con ilustraciones de gran tamaño, de mucha fuerza y dinamismo… pero que consiguen transformar la lectura del tomo en una experiencia efímera. El colorido, lo espectacular de las figuras, los dibujos, grandes y vistosos, las viñetas dispuestas de manera anárquica… le sientan muy bien a un personaje como Flash, pero por contra la lectura se vuelve demasiado rápida (como el personaje) y los 4 números se engullen en un suspiro. Lo que puede ser frustrante.

Es un tomo que disfrutaran sobretodo los incondicionales de Flash, uno de los personajes de moda, que estén siguiendo sus andanzas en esta ya no tan nueva DC y que gusten de lecturas ligeras, dinámicas y repletas de aventuras. Agradecer a ECC la inclusión de las portadas alternativas que aparecierón en su edición original con motivo del 75 aniversario de Flash!

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Giacco

Redactor jefe de las secciones de Cómics y Videojuegos, así como presentador de muchos de los programas de Hello Friki Podcast.

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