Crítica: «Predicador: Salvación», tomando impulso.
Resumen de la Crítica
General
Guión
Dibujo
Personajes
Historia
Edición
Imprescindible
Un tomo que sirve para tomar aliento tras los acontecimientos de la serie, al mismo tiempo que se toma impulso de cara al gran final.
Tras lo visto en el tomo anterior, Predicador: Guerra bajo el sol, la serie necesitaba un momento de respiro, de reflexión y de tranquilidad. Pasaron muchas cosas en él, algunas quedaron inexplicadas y, el presente volumen, el séptimo, sirve precisamente para eso… Para que Jesse Custer haga un alto en el camino, reflexione, y decida que nuevo rumbo va a tomar a partir de ahora.
Debido a ese tono más tranquilo y ese punto de ruptura con la continuidad de la serie, Salvación puede ser la etapa de menor impacto en la serie. Aunque no nos engañemos, sigue rallando a un nivel que la mayoría de los otros cómics ya les gustaría siquiera rozar en su mejor momento. Garth Ennis nos deja respirar también a los lectores y aprovecha este «descanso» para profundizar un poco más en el pasado de Jesse.
Tras quedar solo y perdido, Jesse ha llegado al pueblo de Salvación, donde un empresario local, magnate de la carne, el trastornado Odin Quincannon, imparte su particular ley. El sheriff no puede enfrentarse a Odin y sus secuaces y ve, en la llegada de Jesse, la oportunidad deseada para abandonar su cargo y nombrar un nuevo representante de la ley. Jesse es el candidato perfecto. Además, a él siempre le han repateado las gentes como Odin y no va a descansar hasta que lo ponga en su sitio. Lo que a Jesse le sucede en Salvación le sirve como lección y le anima a tomar una decisión en su vida. También encontramos personajes nuevos en este pueblo de Texas… aunque la mayoría se me antojan forzados o increíbles. No diré quién es Jody, pero su entrada en la serie y lo que ello significa tiene tintes de culebrón. A Gunther, otro personaje importante aquí, se le ve venir de lejos y no aporta mucho a la historia más que un extraño desahogo del autor. Entre todas estas nuevas incorporaciones a la serie me quedo con dos de las mujeres: Cindy, la ayundante del sheriff, y la señorita Oatlash, abogada del malvado Odin y practicante concienzuda del sadomasoquismo extremo.
No podemos olvidar la participación del Ku Klux Klan en la historia y como Jesse y compañía se deshacen de ellos, además de aprovechar Ennis y regalarnos sus propias reflexiones a través de su personaje. Escena esta que recuerda levemente a la vista en Django Desencadenado, ridiculizando a la criminal y absurda organización racista. Apuesto lo que sea a que Tarantino es un devoto de este cómic.
Los dos últimos números que componen este volumen no transcurren en Salvación y sirven para esclarecer dos momentos importantes del pasado de Jesse. El primero nos cuenta qué pasó en el desierto, tras los sucesos narrados en el tomo anterior… algo que no dejará indiferente a nadie que lo lea y que apunta, de forma directa, con el final de la obra. La otra historia no ahonda precisamente en el pasado de Jesse, sino en el de su padre, John Custer, y cuenta como ganó la Medalla al Honor, máxima distinción militar, durante la guerra de Vietnam.
Hablaba antes de ese pequeño descanso que para Ennis (y nosotros) supone Salvación… pero el que no se toma ninguna tregua en la serie es el dibujante, Steve Dillon. No muestra síntoma alguno de cansancio o tedio, al contrario. Tras 50 números sigue estando en plena forma y se muestra tan fresco como pudiera estarlo en los primeros números. Y es que ya lo hemos mencionado en otras ocasiones: Predicador no sería esa gran obra que es sin el trabajo constante de Dillon y su uniformidad gráfica.
Y ahora sí… Predicador se lanza de cabeza a su recta final. Antes de enfrentarse a Dios y cerrar ese plan que Jesse tenga en la cabeza para acabar con él, debe atar algunos cabos pendientes y limpiar heridas. Sabiendo el acelerón que la serie va a pegar en su recta final, Salvación se contempla no solo como un argumento interesante, sino casi necesario.