Crítica: «Brad Barron 1. No Humanos». Llegan los Morb.

Invasiones extraterrestres las hemos sufrido de todos los colores y formas. Desde la novela de H.G.Wells hasta nuestros días, hemos sido invadidos por todo tipo de especies y razas de más allá de las estrellas. El cómic es un medio que no está exento de ejemplos, más bien al contrario. Sin embargo, ya cuesta algo más encontrar esas ficticias invasiones en el cómic italiano, el fumetti. Pero eso no quiere decir que no los haya! En Hello Friki comenzamos aquí y ahora a comentar la saga de Brad Barron, al que acompañaremos en su incansable batalla contra los temibles Morb.

Brad Barron es un fumetto editado por Bonelli en 2004, concretamente se trata de la primera serie con un final (maxi serie) publicada por esta mítica editorial. Esta serie limitada se compone de dieciocho tomos, publicados en España por Aleta en seis gruesos volúmenes, cada uno conteniendo tres historias originales. El primero de estos volúmenes se titula No Humanos, se compone de tres historias que sirven de modo introductorio a esta particular guerra de la humanidad contra los Morb. pasamos a detallarlas a continuación.

No Humanos. Una primera parte compuesta de 96 páginas que se disfrutan de principio a fin. En esta primera historia contemplamos la llegada a la Tierra de la sanguinaria raza Morb, en 1956. Su llegada, en concreto, a Nueva York y el caos al que someten a la ciudad. Conoceremos a Brad Barron, superviviente de la Segunda Guerra Mundial y héroe destacado en el Desembarco de Normandía, así como a su familia. La vorágine de la invasión sucede cuando está lejos de su hogar y, la obsesión por conocer el paradero de su mujer e hija tras la invasión, será una de las mayores motivaciones de nuestro héroe. Pero Brad será capturado por los Morb y sometido a crueles pruebas. Excepcional la idea del collar neuronal que no solo evita su fuga, sino que también es capaz de someter sus pensamientos y su voluntad (Tu nombre es ahora Número 9!) El como Brad se deshace de dicho artilugio manipulador me parece francamente genial, pues dicha acción conlleva más motivaciones y responsabilidades e las que parecen a primera vista.

El dibujo es obra de Bruno Brindisi, que retrata con sobrada soltura entornos urbanos de los años 50 y el interior de las naves Morb. También destaca en el retrato anatómico, muy dinámico tanto en figuras humanas como a la hora de plasmar seres alienígenas. Sus personajes disfrutan además de unos retratos precisos y creíbles. Seguramente el mejor dibujo de las tres historias pero, también. el que sale peor parado por la ausencia de color.

Fuga de Manhattan. Brad ha escapado del cautiverio Morb y está siendo perseguido implacablemente por ser considerado un espécimen humano digno de estudio. En su huida, dará con un grupo humano que vive refugiado en el subsuelo de Mahattan y con los que vivirá alguna que otra aventura antes de seguir su camino individual. Es este un episodio que sirve para situar el conflicto, para saber en que punto de esta desigual guerra nos encontramos y para comprender cuan desvalidos se encuentran los supervivientes ante el ejercito invasor. También es utilizado para conocer algo más de la jerarquía Morb, de su fauna y de sus formas para infectar a los humanos.

Anna Lazzarini se encarga de dibujar este segundo capítulo. Su cuidado en los detalles y su mimo en la representación de un mundo post-invasión es encomiable, sin embargo se nota una rigidez excesiva en los personajes. A destacar la secuencia en el interior de un edificio y su marcado carácter terrorífico, muy bien plasmado por Lazzarini.

Tierra Perdida. Brad sigue su búsqueda infatigable, con la esperanza remota de que su familia haya sobrevivido. Su viaje le obliga a detenerse buscando combustible y así conocerá a Ellen y Tommy: una madre y su hijo que viven solos en una granja y le ofrecen a Brad algo de gasolina a cambio de que les ayude con ciertas tareas. Los Morb quedan aquí en segundo plano y los autores aprovechan para mostrarnos como la crueldad aflora también en el hombre… incluso en situaciones extremas, en las que deberían ayudarse los unos a los otros. Con algunos pasajes crudos, otros absolutamente mundanos y otros, incluso, románticos y emotivos, nos encontramos con un capítulo en el que se profundiza en la personalidad del protagonista y se trata el impacto emotivo y social que la nueva situación mundial a generado. Un capítulo que podría considerarse de transición y se transforme en clave para hurgar en los aspectos más profundos de los personajes.

Giancarlo Caracuzzo dibuja de forma menos detallista que los anteriores, pero aprovechando el Blanco y Negro para sublimar su arte. Personajes y entorno están aquí menos trabajados, pero es la historia ideal para hacerlo así, pues el entorno rural en el que se desarrolla exige menos en este aspecto.

El guión de las tres historias es de Tito Faracci. Nos presenta un fumetto muy bien escrito y excelentemente desarrollado, siempre avanzando y ofreciendo elementos nuevos que se van añadiendo a la historia. Los momentos de flash/back, que también los hay, están introducidos de manera ordenada y escusada (una historia contada, un sueño…), y sirven para completar lagunas que pudiera haber en la historia. El argumento avanza despacio y no aburre, se recrea en situaciones y personajes que siempre aportan detalles y momentos. Quizá se le pueda achacar falta de originalidad, pues es cierto que nada hay en Brad Barron que no haya sido visto antes… pero que importa, si está bien contado, entretiene y emociona.

El primero de los seis tomos, No Humanos, nos presenta un mundo invadido y en caos. Nos presenta unos alienígenas crueles y sanguinarios. Pero nos ofrece un personaje, Brad Barron, arquetipo del superviviente, del héroe y del padre perfecto. Entorno, enemigos, defensores… tres elementos que están genialmente mezclados en este sorprendente comic.

Proximamente: Brad Barron 2. Los Conquistadores.