Crítica: «Action Tales», de Dlorean Ediciones
Resumen de la Crítica
Variedad
Originalidad
Frescura
Electrizante
Una interesante propuesta para los amantes de los superhéroes
La web especializada en fan fics Action Tales, con motivo de su décimo aniversario, lanzaba en septiembre de 2013 una antología conmemorativa, con el mismo título. Para los que no estén familiarizados con el término, se denominan fan fics las historias creadas por fans alrededor de personajes archiconocidos del mundo del cómic, sobre todo, pero también de otros medios como el cine, los videojuegos, las novelas o la televisión.
El director del proyecto es el fundador de dicha comunidad, Miguel Ángel Naharro, a la sazón colaborador habitual de la editorial especializada en literatura pulp, Dlorean. Según podemos leer en la primera página, la edición está limitada a tan solo cien ejemplares, con lo que los coleccionistas que deseen poseer un artículo exclusivo harán bien en no demorar demasiado su adquisición.
Durante esos diez años de historia, un sinfín de nuevos autores han guionizado las series más emblemáticas de Marvel o DC, así como personajes de creación propia. Con el tiempo, ha demostrado ser un fructífera cantera para nuevos escritores de género como el propio Miguel Ángel Naharro (La maldición de la Diosa Araña, Drácula y los crímenes de Jack el Destripador), Tony Jiménez (Cinco tumbas sin lápida, entre otros) o Raúl Montesdeoca (La máquina del fin del mundo), entre otros.
Dieciocho relatos, cada uno de un autor distinto y acompañado de una ilustración (qué sería del género superheroico sin el apoyo gráfico), componen esta antología en la que, seguramente por motivo de las leyes de copyright, únicamente aparecen personajes de creación propia.
¿Cuál ha sido el resultado final? Lo que se nos ofrece es una antología heterogénea en cuanto a estilos y temática. Se aprecian grandes diferencias entre el oficio de los escritores ya «consagrados», o tal vez, en vías de consagración, y los más noveles. Una vez nos despojamos de los prejuicios, es posible disfrutar de todos los relatos a su manera, aunque, como en toda antología que se precie, es inevitable encontrar piezas que sean más o menos de nuestro gusto.
Lo más positivo, a mi entender, es la frescura que demuestran los autores a la hora de expresarse sin ningún tipo de
cortapisas. Aquí se nota la carta blanca que el editor les ha dado para contar las historias, cada uno a su modo. Es ocasiones, esto da lugar a algunos relatos que tratan de condensar demasiado la historia subyacente de cada personaje y su mundo, lo que traba la lectura ágil y directa que se espera de un relato corto. Es otras ocasiones, autores como Tony Giménez, Ana Morán Infesta (que recientemente ha anunciado el lanzamiento de su novela pulp La erradicadora de pecados), Raúl Montesdeoca o Miguel Ángel Naharro han sabido introducir los detalles imprescindibles para poder disfrutar sus historias de forma más sutil en mitad de la acción.
Por otra parte, se aprecia una pauta repetitiva en la mayoría de los personajes que protagonizan las distintas historias. Tratándose de relatos pulp, es inevitable recurrir de vez en cuanto a antihéroes nihilistas, despiadados y desagradables, pero los años noventa quedaron atrás hace tiempo. ¿Cuántos pistoleros a sueldo, asesinos que han vendido su alma al Diablo o agentes secretos con implantes biónicos podemos leer antes de acabar un tanto saturados? Todo dependerá de los gustos de cada uno, pero a mí me han llamado la atención algunos personajes por encima de otros en esta antología. A saber:
The Dark, de Tony Giménez. Detective sobrenatural que se mueve en una ciudad, Darkgate City, construida a base de sombras sobre penumbras (sic.). El entorno se convierte en un personaje más de la trama y los secundarios, aunque en un relato de limitada extensión no pueden tener demasiado peso, resultan hipnóticamente atractivos. No quisiera destripar la intriga, tan solo notar que a mí me ha parecido una acertada mezcla entre Riddick y The Shadow, pero original al mismo tiempo. Estoy deseando que Tony Giménez nos regale más historias de este personaje.
Bageera y Baloo, de Joaquín Sanjuán. Pareja de aventureros selváticos, un hombre que parece un gorila y una mujer que parece una pantera (¿os suena de algo?). Hartos de ver cómo las revisiones de cuentos clásicos brotan como las setas por todas partes, por fin encuentro una que me sorprende gratamente. ¿La clave? Al ser una pareja, y además de características bien distintas, la acción transcurre apoyándose en ricos diálogos, que no serían posibles en relatos de «justiciero solitario». A veces, la sencillez es la mejor opción.
Diana Hunt, de Ana Morán Infiesta. Supuesta detective privado, transgresora y fatal, que vive en un mundo futurista. En este caso, la fuerza de su narración viene del buen hacer de la autora y de las situaciones que describe. Su estilo es ágil, maneja de maravilla las escenas de acción, y no tiene reparos en ofrecernos personajes polémicos que recuerdan a un cruce entre Elektra y Lisbeth Salander, aunque, una vez más, de autoría propia y sin pastiches.
Jer Barlow, de Luis Guallar. Pistolero errante sureño en la época del Far West. Se enfrenta a amenazas sobrenaturales a golpe de gatillo. Parece que últimamente está de moda el weird western, subgénero híbrido que, sin embargo, fue creado hace mucho tiempo. El autor demuestra una absorbente capacidad para construir atmósferas inquietantes y desarrollar clímax intensos.
Pantera, de Raúl Montesdeoca. Entre tanto superhéroe urbano, siempre viene bien una clásica historia selvática, si está bien narrada. Cumple su objetivo de hacer al lector desear leer más sobre el personaje.
Mortalshade, de Miguel Ángel Naharro. Aunque recuerda demasiado a una especie de Caballero Luna con poderes, un buen escritor debería ser capaz de crear una buena historia con todo tipo de personajes. Este relato, a mi juicio, lo ha conseguido.
Maverick, la Mil Veces Maldita, de Carlos J. Eguren. Personaje steampunk que ya cuenta con un buen número de apariciones a sus espaldas. Solo queda esperar a que el autor se decida a regalarnos de una vez la esperada novela de su heroína fetiche.
Otros autores también aportan propuestas interesantes, como Lady Dominus, el detective Shark o el Agente 13 o Ulrich Stark. En realidad, es una desfachatez por mi parte no hacer mención de todos ellos, que sin duda lo merecen. Espero que sepan perdonarme.
Comentario aparte merecen las ilustraciones, obra de los propios habituales de la web de Action Tales: Calavera Diablo, José Baixauli, Roberto Fernández, Iván «Stitch» Landa… Algunas de ellas, dignas de enmarcar, como ya nos tienen acostumbrados.
En definitiva, una colección de relatos que hará las delicias de los fans de los superhéroes y los nostálgicos de Doc Savage, La Sombra y compañía. Y un excelente escaparate para descubrir nuevos valores en alza. La parte menos positiva es que, al decidir dejar carta libre a los autores, en algunos textos se echa de menos una profunda edición, con algunas faltas de puntuación e incorrecciones que dificultan la lectura. Es la versión literaria de un concierto acústico en directo: puedes escuchar si el guitarrista tose en algún momento o se le rompe una cuerda
. De alguna forma, este detalle convierte esta antología en algo único e… ¿irrepetible? Esperemos que no, y esta estimulante experiencia se repita de forma regular.