Crítica: «Ánima Barda, año 1 nº 1». El pulp ha vuelto.

Que soplan nuevos vientos en el panorama editorial de este país, lo venimos diciendo desde largo tiempo atrás. Mientras las grandes multinacionales se quejan amargamente de las malas ventas y culpan a la crisis o a la piratería (solo faltaba que también culpasen a las bibliotecas públicas, o a la gente que presta libros a sus amigos), las microeditoriales temáticas brotan como las flores en primavera Se inventan diversas fórmulas para poder acomenter la edición de una tirada limitada de sus obras y poderlas situar en sus diminutos nichos de mercado. El despegue del libro en formato digital, lento pero en clara línea ascendente, parece ser el caballo de batalla de estos sellos independientes. Pero en ocasiones surge algún grupo de visionarios que se lían la manta a la cabeza y se lanzan a la aventura, de incierto final, de publicar en papel. Entre esos proyectos, algunos llegan a alcanzar altas cotas de aceptación y popularidad entre sus seguidores, que cada vez dejan de ser un número minoritario. Barsoom, La biblioteca del laberinto o Dlorean conquistan paso a paso su lugar en el mercado.

A los anteriores podemos añadir un nuevo y, por el momento, modesto, proyecto emergente formado por un grupo de autores descaradamente jóvenes en su mayoría, pero que ya dan muestra de unas aptitudes que les pueden llevar muy lejos. Se trata de Ánima Barda, la publicación de relatos de temática pulp dirigida desde hace dos años por Jorge R. Plana y Cris Miguel. Ambos han sabido rodearse de un grupo de colaboradores con muchas ganas de agradar y que, número a número nos ofrecen un amplio abanico de historias que van desde el terror, la ciencia ficción o el género detectivesco hasta el erotismo. Una revista digital que, finalmente, ha visto la luz en formato físico de papel, con todo lo que ello supone. El pasado sábado 28 de marzo tuvo lugar la presentación del primer número en la madrileña tienda de cómics El Mono Araña. En ella, los editores y tres autores habituales de sus páginas nos contaron sus impresiones acerca de esta nueva etapa, que emprenden con ilusión, así como de sus proyectos futuros más inmediatos. Pero echemos un vistazo a la revista y veamos qué contiene.

Para abrir boca, el autor Felipe Orce nos ofrece un relato de espada y brujería Muerte a la iluminada. Sorprende su hábil manejo del lenguaje para narrarnos una historia de acción en el que logra sumergirnos en el escenario fantástico tantas veces evocado en nuestra mente, pero que no deja nunca de agradar.

En Aprendiendo de los grandes, Ana Nieto perfila un cuento de terror con sabor weird

, de ésos que acaban dejando una sonrisa en los labios del lector. Un estudiante de música va en busca de un mítico maestro para tomar lecciones magistrales. Poco se imagina que los métodos del músico son del todo inusuales.

Solo sabemos que estamos aquí es la aportación del escritor canario Carlos J. Eguren, y podría perfectamente ser el guión de un episodio de The Twilight Zone. ¿Cómo es posible que un hombre repulsivo y desagradable hasta la nausea tenga por pareja a una mujer perfecta que se pliega a todos sus caprichos? La respuesta, cómo no, resulta aterradora.

Cris Miguel se atreve con el erotismo más subido de tono que se puede encontrar a este lado de las sombras de Grey. Sorprende el tono adulto de este relato, conviviendo con otras historias más orientadas al público juvenil. La intención es clara: demostrar que estamos ante una publicación diferente a todas las que hay en el panorama español del momento, en cuyas páginas es posible encontrar cualquier cosa… excepto el aburrimiento.

En La expedición más peligrosa de Kaden Edgerton, Abigail Both recupera el espíritu de las historias orientales de H. Ridder Haggard o Rudyard Kipling para darnos un relato de aventuras sólido y bien construido. El buen manejo de los diálogos, apoyado en una ambientación muy lograda, consigue que nos metamos completamente en la historia.

Retorno a Miskatonic, de Julio M. Freixa, es un relato de detectives de lo paranormal, en la tradición de personajes tan memorables de la literatura pulp como Karnaki, Jules de Grandin, John Silence o Harry Dickson. El Doctor Dröm deberá volver a la lovecraftiana universidad de Miskatonic para resolver el robo de un talismán. En su investigación, descubrirá los terribles secretos que encierran las catacumbas de la facutad de Ciencias Ocultas.

La mejor space opera puesta al día es lo que nos ofrece Eleazar Herrera con su relato La única alternativa. Si me hubieran dicho que la autora del relato era C.J. Cherryl o Leigh Brackett, lo hubiera creído sin dudarlo un segundo. Llama la atención su narrativa ágil y fluida, que no precisa de largos párrafos introductorios para contarnos una historia de razas espaciales, biología, política y acción. Habrá que apuntarse este nombre, seguro que dará que hablar.

Con el listón tan alto, el editor Jorge R. Plana no podía desmerecer al resto y nos obsequia con Lo que hay antes del alma. Relato victoriano, en la línea de Mary Shelley o Edgar Alan Poe, en el que nos describe una experiencia paranormal de ultratumba con todo detalle. A estas alturas, cuesta conseguir asustar a un público acostumbrado a los sustos y los monstruos, pero la atmósfera de este relato está tan bien construida que lo consigue con creces.

En Agujero negro, seremos espectadores privilegiados de una batalla espacial de las de antes, con rayos láser, explosiones y todo tipo de efectos especiales, cortesía de Rubén Fonseca. Space opera al estilo de E. E. Smith.

Diego Fernández Villaverde sorprende con Suleiman y el palacio de arena, una refrescante historia de magia y aventuras que bien podrían formar parte de Las mil y una noches. Como buena historia de fantasía del próximo oriente, los malvados djins del desierto no podían faltar y con ellos la nota de humor que tanto se agradece entre tanta sangre y disparos.

Un buen western siempre es de agradecer, y Ramón Plana nos ofrece este aperitivo titulado El pistolero del sur. ¿Por qué digo aperitivo, cuando el relato está casi al final de la revista? Pues porque el autor está preparando una novela del personaje que lo protagoniza, un bolsilibro de los de toda la vida. Esperaremos con impaciencia su publicación.

Repite relato J. R. Plana con Uralán y la voz del trueno, demostrando la razón de ser de la revista, que surgió con la idea de que los autores pudieran experimentar con distintos géneros. En esta ocasión, cambia de registro para narrar las extrañas aventuras de un chino que lanza rayos. Sí, habéis leído bien.

Completan la antología unos curiosos pasatiempos relacionados con el mundo del pulp, entrevistas, reseñas y hasta recreaciones de los anuncios que aparecían en las revistas de los años setenta, ofreciendo todo tipo de artículos extraños (cursos de hipnosis, objetos para espiar…). También merecen una mención aparte las ilustraciones, realmente interesantes, que acompañan los relatos, obra de los propios autores. Gente versátil, eso hay que reconocérselo.

Solo resta ver si la iniciativa tiene continuidad en el tiempo, aunque suponemos que dependerá de la respuesta del público. Por el momento, el equipo está trabajando en la formación de nuevos talentos y en la elaboración de una serie de bolsilibros que tienen muy buena pinta. El objetivo es ofrecer literatura de evasión barata y de calidad para todo tipo de lectores. Buena suerte, chicos.