Crítica: «IE», de Fernando Verniere y Juan Fioramonti

Hace unas semanas traíamos a la web la noticia del nacimiento de Twist Comics. Una editorial virtual de comics exclusivos, donde puedes encontrar novedades semanales gratuitas y otras publicaciones periódicas de muy bajo coste (pago de cantidad voluntaria). Un proyecto gestado por Fernando Verniere, guionista del primer comic editado por Twist Comics, IE, cuya crítica podéis leer a continuación.

Fernando Verniere (guión), Juan Fioramonti (dibujo) y Erwin Widmer (rótulista), son los autores de IE.

La acción nos lleva a un inquietante futuro cercano del que poca información se nos brinda. Solo vamos a saber que la humanidad ha sucumbido a una feroz guerra contra unos seres alienígenas y los pocos supervivientes, lejos de presentar una resistencia sólida y coordinada ante el invasor, pelean entre ellos irracionalmente. Casi nada más desvelan los autores, y consiguen así crear un ambiente de desconcierto y confusión que se traslada al que lee. Lo que ocurre en este primer número tampoco es mucho (y menos aun lo que puedo contar yo aquí sin desvelar detalles importantes que acabarían con parte de esa incertidumbre), pero es suficiente para ir formando ese mundo post-apocalíptico, con tintes cyber-punk, y empezar a meternos en él.

Los dos personajes protagonistas pueden estar algo faltos de carisma, esa es la sensación que a mi me ha dado… pero la relación que se establece entre el lector y ellos gana en intensidad cuando aparecen otros personajes que evitaré revelar en esta reseña y que, como he dicho, sirven para ir consolidando este peculiar y deprimente universo. El comic acaba cuando la acción está en lo más alto, dejándonos con ese característico final rubricado por el cartel de «continuará», y con ganas de que salga su segunda entrega.

En el aspecto artístico, tanto Fernando Verniere con el guión como Juan Fioramonti al dibujo, avanzan de forma paralela. Me explico: el comienzo de la historia se presenta de forma algo abrupta y alguna situación cotidiana de la pareja protagonista no termina de encajar con naturalidad, pero la fluidez narrativa enseguida aflora cuando la trama comienza a moverse y aparecen esos nuevos personajes a los que antes aludía. A partir de ese momento, todo mejora exponencialmente: el guión, la trama y el dibujo. Sobre este último hay pocas cosas que objetar, si no es un comienzo algo titubeante (por eso decía que guión y dibujo avanzan paralelamente, ambos mejoran al unísono), comienzo que se corrige al mismo tiempo que el guión. El punto de ruptura lo marca una excepcional, espectacular (le puedo seguir poniendo adjetivos positivos superlatívos) splash page, en la que te aseguro que recrearás la vista, deteniéndote en su observación. El comic está presentado en un fantástico blanco y negro, con líneas claras y limpias en los personajes y sombreados en los fondos. El blanco y negro, la ausencia de colores, que no suele favorecer a esta temática, curiosamente resulta conveniente en IE, dotándole aun más de esa atmósfera decadente.

Un primer número este de IE que, pese a su comienzo anómalo, sabe controlar el tempo y darnos las dosis justas de calidad para que nos enganchemos a ella y esperemos impacientes la continuación de la historia.

Si queréis leerlo, ya sabéis lo fácil que es: visitad Twist Comics. Solo así vais a poder hacerlo.