Crítica: «Grima», novela negra con viñetas.

John Arcudi es un prolífico guionista que en el comic norteamericano ha llegado a trabajar para prácticamente todas las editoriales que allí publican. Uno de sus últimos trabajos ha sido la versión en comic de la película R.I.P.D.

Jonathan Case es un grandísimo ilustrador, ganador de un Eisner y cuyos trabajos incluyen recientes números de Batman y varias colaboraciones con Dark Horse.

Precisamente para esta editorial ambos autores se unieron y engendraron un comic de serie negra, publicado en cinco números, y llamado The Creep, que ha sido recopilado en un tomo único aparecido recientemente en nuestro país gracias a Planeta DeAgostini con el título de «Grima».

Grima es una história de detectives que mantiene las premisas típicas de este género pero que consigue alejarse de él lo suficiente para crear algo absolutamente sorprendente y original. Un joven se suicida y su madre decide acudir a un antiguo amigo/novio que trabaja como detective privado, pues el ambiente que envuelve (envolvía) la vida del joven era absolutamente normal y nada indicaba que pudiera producirse ese trágico suceso. Acompañaremos a Oxel, el detective, en su investigación y descubriremos qué se esconde tras el misterioso suicidio. Como veis, hasta aquí, todo es típico. Pasamos a los detalles para descubrir donde está la genialidad de esta obra…

Oxel padece acromegalia, una extraña enfermedad que merma su salud y ha deformado su cara y su cuerpo (el dibujo/diseño del personaje está basado en el actor Rondo Hatton). La llamada de su antigua novia, pidiendole ayuda, es una especie de tabla de salvación que le permite rememorar su juventud, cuando todavía era joven y «normal». Como detalle absolutamente singular, el estilo de dibujo varía dependiendo si asistimos a escenas presentes, pasadas o fuera del espacio físico que controla Oxel. Es decir, cuando Oxel habla por teléfono con Stephanie (la antigua novia), nosotros la vemos como él piensa que será en la actualidad, como él se la imagina. ¿Curioso, verdad? El teléfono… aquí es utilizado como hilo conductor en el relato y su presencia se vuelve imprescindible para que este avance. Quizá refleje la forma de comunicación más comoda para Oxel, debido a su enfermedad. Y si pensáis que el argumento detectivesco evoluciona de forma normal, os equivocáis: alguna que otra sorpresa esconde el guión, que solo será desvelada en las últimas páginas del tomo.

Un comic que guarda muchos mensajes, a veces lanzados de forma nítida y otros más ocultos, producidos por el propio protagonista y por los sucesos que le rodean y que pasan junto a él, formando parte, lo quiera o no, de su vida.

Grima tiene guiones correctos y bien escritos, crea una narración que avanza entre lo real y lo irreal, pero siempre desvelando lo justo para mantenernos pegados a sus páginas. El dibujo es excelente y, aunque a veces falla Jonathan Case en las proporciones del cuerpo, siempre resulta vistoso y original, sobretodo cuando cambia el estilo de dibujo dependiendo de lo que cuente.

Un comic muy recomendable para disfrutar de un relato adulto y convencional que, al mismo tiempo, sabe desmarcarse con ciertos toque de genialidad que lo convierten en una lectura única.

Termino comentando que como extra, en la edición de Planeta, incluyen al final las portadas originales de la serie, algunas dibujadas por Frank Miller, Mike Mignola, etc. Además de reproducir bocetos y comentarios de los propios autores.