Resumen de la Crítica
Valoración
Crítica de la película "Al encuentro de Mr. Banks" de John Lee Hancock.
No son pocas las personas que desde hace ya cinco largas décadas han crecido al son de las canciones de una estirada niñera llamada Mary Poppins. Cincuenta años donde las televisiones se han encargado de no hacernos olvidar ni sus acordes, ni su magia. Medio siglo que ahora es rememorado por la misma compañía que hizo posible la adaptación de la novela de Pamela Lyndon Travers. “Al encuentro de Mr. Banks” (John Lee Hancock, 2013) es un sentido homenaje que la Disney ha creado para celebrar las Bodas de Oro de uno de los clásicos más queridos por el público. Y el resultado ha resultado ser delicioso.
No hay cosa más maravillosa que una película capaz de contarte una buena historia. De forma personal, lo que más aprecio del cine clásico americano es esa capacidad que tiene a la hora de contar grandes historias sin la necesidad de perderse en trivialidades; el hecho de entrar a trapo desde el primer instante, de no salirse nunca de la trama abierta y de cerrar en cuanto problema es resuelto. Al contrario, uno de los grandes problemas que noto – que siento- en el cine actual americano, es que parece existir una imperiosa necesidad de abrir multitud de tramas e historias – de querer hacerlo todo tan complicado- que, en la mayoría de casos, lo único que hacen es entorpecer un adecuado desarrollo. Pero resulta curioso que las películas que después más terminan gustando al público, son aquellas que trabajan de la forma más simple la estructura argumental de introducción-nudo-desenlace. Puedo citar el ejemplo de “Gravity” (Alfonso Cuarón, 2013), puedo citar el ejemplo de “El discurso del Rey” (Tom Hooper, 2010) y quiero citar “Al encuentro de Mr. Banks”.
De primeras, podemos decir que “Al encuentro de Mr. Banks” es un producto autopublicitario que sirve para subrayar – para recordar- el carácter afable y familiar que, en mayor medida, define a la marca Disney. Por si alguien lo desconoce, la película de Hancock nos traslada hasta los años sesenta del siglo pasado, para narrarnos la historia de cómo el genial Walt Disney consiguió convencer a una gruñona y difícil señora Travers, para que esta le cediera los derechos de su novela Mary Poppins. Como es lógico, este carácter histórico del que parte cinta, ha permitido a la compañía del ratón mostrar una visión idealizada y edulcorada de su genio fundador y de los estudios que fundó, lo que no sirve sino para reforzar la imagen que el público tiene de la Disney.
Pero más allá de esta cantosa propaganda, “Al encuentro de Mr. Banks” – insisto- es una película muy bien hecha cuya principal virtud reside en que tiene muy claro qué es lo que quiere contar y cómo lo quiere contar. La sencillez y el carácter predecible de la trama no van a ser, en este caso, un obstáculo para mantener al público atento, pues nos encontramos ante una historia presentada de manera convincente y ejemplar, que entremezcla sabiamente el drama y la comedia y que – sobre todo- entretiene de principio a fin. La experiencia que la Disney tiene a la hora de construir este tipo de películas es indiscutible y lo único que ha hecho es aplicar una vieja – pero efectiva- fórmula argumental sobre una historia bastante atractiva.
Un atractivo que parte del personaje protagonista Lyndon Travers (una genial Emma Thompson) que es indiscutiblemente el motor de “Al encuentro de Mr. Banks”. La escritora de Mary Poppins resulta ser una señora orgullosa que, tras veinte años y solo por necesidad, ha aceptado ceder los derechos de su obra, a cambio – eso sí- de participar en la elaboración del guión. Su frialdad y su grosería a la hora de tratar con Walt Disney (muy solvente Tom Hanks) y sus guionistas, le dan a la película un perfecto toque humorístico y permiten una rápida aceptación del personaje por parte del público, algo que es vital de cara al posterior desarrollo dramático de la historia.
Este drama viene dado a partir de la infancia de Travers, la cual se va conociendo de forma intercalada a la trama principal. En estos breves episodios se puede observar la fuerte relación que la escritora tenía con su padre, un punto que se antoja fundamental para entender tanto la actual personalidad de propia autora, como el surgimiento de su heroína Mary Poppins. A su vez, esta historia tiene un importante papel regulador en la película, ya que evita que todo el proceso de creación del guión (aspecto que se trata en la historia principal) se haga demasiado monótono y repetitivo.
Es posible que a más de uno se le escape el ‘lagrimote’ con los temas musicales recuperados de “Mary Poppins”, introducidos de forma muy sabia en diferentes puntos de la película y que ayudan a reforzar las sensaciones que se intentan trasmitir en cada caso. Y es que “Al encuentro de Mr. Banks” juguetea mucho con la nostalgia y la sensiblería, de tal manera que aquellos que adoren la vieja película del 64, sabrán apreciar la obra de Hancock. El resto del público encontrará un destacado y tradicional producto de entretenimiento que les dejará un grato sabor de boca.
