La distopía del mes (XIII): 2081
Chandler Tuttle, director creativo de Oslo Freedom Forum, tiene únicamente este llamativo cortometraje en su filmografía, que está basado en el cuento de ciencia ficción Harrison Bergeron, de Kurt Vonnegut.
La trama
En 2081, el gobierno de Estados Unidos ha conseguido la igualdad entre sus miembros. Un objetivo utópico que se hace realidad gracias a la anulación de las capacidades extraordinarias a través de métodos como máscaras para los guapos, pesas en el cuerpo para los fuertes o auriculares que emiten un ruido desconcertante para los inteligentes. A través de estos elementos se construye una sociedad que vive bajo un mismo patrón de capacidades.
La distopía
La sociedad es igual. Nadie destaca en ninguna disciplina. Las capacidades elevadas se anulan, por lo que todas las personas tendrán las capacidades mermadas, formando una sociedad altamente manipulable.
Esta película toma una utopía clásica (la igualdad entre los seres humanos) y la evoluciona hasta convertirla en una distopía de pesadilla. Un clásico en el género que logra pervertir las utopías tomándolas de forma literal o llevándolas al extremo.
La crítica
El espectador se sitúa pronto en la acción gracias a la voz que narra la situación y la presenta; tanto en sus aspectos positivos como negativos. La fotografía es muy oscura, muy apta para una vida carente de estímulos, que induce una atmósfera opresiva e insustancial.
El sonido (usado de una forma muy eficiente) es un auténtico pilar en la historia, así como la música, brillantemente ejecutada por Kronos Quartet, mano responsable de la banda sonora de Réquiem por un sueño (Requiem for a Dream, 2000).
James Cosmo, conocido por sus papeles en Braveheart (1995) o Trainspotting (1996) y por dar vida a Jeor Mormont en la serie Juego de Tronos (Game of Thrones, 2011 – ), lleva sobre sus hombros el peso de la película demostrando el brillante actor que es. También están presentes Julie Hagerty, inolvidable Elaine de Aterriza como puedas (Airplane!, 1980) y Armie Hammer, catapultado a la fama gracias a La red social (The social network, 2010) y conocido por encarnar a John Reid en El llanero solitario (The Lone Ranger, 2013). Aunque ambos actores realizan un gran papel, es inevitable que se vean eclipsados por la gran actuación de Cosmo, capaz de mostrar la fuerza más desafiante y la sensibilidad más conmovedora en un mismo personaje.
Este cortometraje, de apariencia sencilla, esconde una maravillosa complejidad en la que, a través de una sarcástica e inquietante mirada hacia el futuro, se realiza una apología a lo diferente, lo especial y lo humano.