Críticas de cómics

Crítica: «Shade, el Maestro de la Oscuridad», serie Vértigo en los Nuevos 52.

Resumen de la Crítica

General
Guión
Dibujo
Historia
Personajes

Excelente

Shade, el Maestro de la Oscuridad es una fantástica maxi-serie de 12 números a cargo de James Robinson y varios dibujantes.

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James Robinson es un escritor de comics muy ligado a DC, donde manejó con reconocido acierto la serie Starman y donde creó un microcosmos del que destaca un personaje por encima del resto, Shade. Primero concebido como villano, pasaría a secundario reclamado por los lectores. Tanto fué así que en el relanzamiento de Starman, Robinson obvió al protagonista y dedicó una historia a Shade. Este experimento, lejos de molestar a los aficionados, hizo ganar enteros al personaje que, dando varios pasos al frente, adelantó al propio Starman a ojos del lector y a ojos, también, del propio Robinson.

Llegó el relanzamiento de los títulos DC, con los Nuevos 52, y se le ofreció al creador del personaje dedicarle una serie propia. Pero Robinson, que además de saber escribir muy bien, también es inteligente, decidió crear una maxiserie de 12 números donde exploraría el pasado de Shade y desarrollaría su creación partiendo desde el interior mismo del personaje.

De esta maxiserie hablamos hoy, Shade, el Maestro de la Oscuridad, escrita por James Robinson y dibujada por varios artistas que más adelante os revelaré. Primero, demos unas breves pinceladas sobre el argumento de la obra.

Shade, portada vol. 1 de ECC y número 12 de DC.
Shade, portada vol. 1 de ECC y número 12 de DC.

Estos doce números se han estructurado en tres arcos argumentales, separados cada uno de ellos por un episodio de «transición» y siendo el último de ellos, el número doce, un epílogo que rubrica toda la obra. El primer arco comprende los episodios 1 al 3, dibujado correctamente por Cully Hammer, y es usado para presentar al personaje de forma superficial pero completa y para enmarcarlo dentro del universo DC con alguna fugaz aparición de personajes conocidos. (Shade es un carismático Sir con la facultad de controlar un poder conocido como La Oscuridad, con el que es capaz de hacer casi cualquier cosa. Su cuerpo, compuesto de este mágico material, es virtualmente eterno). También sienta las bases de la trama general de la serie: alguien intenta matar a nuestro protagonista y Shade decidirá poner todas sus energías en descubrir quién está interesado en acabar con él y por qué. Shade se verá envuelto en una difícil búsqueda que le llevará a distintos lugares del mundo y, también, a buscar pistas en su pasado. Un pasado realmente intenso, teniendo en cuenta que nuestro personaje lleva vivo desde mediados del siglo XVII.

Así enlazamos con el número 4, que sirve de transición con el siguiente arco argumental, y que nos presenta un episodio del pasado del personaje fabulosamente dibujado por Darwyn Cooke. En este número todo es evocador y maravilloso y es, en si mismo, una fabulosa historia autoconclusiva de tintes aventureros y dramáticos, con un final realmente emotivo. Pasamos al siguiente arco argumental, entre los números 5 a 7, que mantiene ese fabuloso tono, esa gran altura narrativa, que disfrutamos en el número 4. El encargado del dibujo aquí será un inspirado Javier Pulido, elegido a dedo para el trabajo por el propio James Robinson pues, estando esta historia ambientada en Barcelona, quién mejor que un español para recrear la ciudad y sus monumentos. Conocemos aquí más del pasado del personaje y, a fuerza de estos descubrimientos, el lector va formándose una imagen real de quién y cómo es este Shade… y comenzamos a caer rendidos ante el despliegue de carisma.

Shade al fondo y... la joven conocida como La Sangre, entre las cúpulas de La Sagrada Familia.
Shade al fondo y… la joven conocida como La Sangre, entre las cúpulas de La Sagrada Familia. Obra de Javier Pulido.

El número 8 vuelve a ser un interludio donde volvemos a viajar al pasado del personaje. Esta vez la encargada de dibujarlo es Jill Thomson, otra talentosa autora que, aliada con Robinson, nos ofrece, casi sin habernos repuesto de la historia anterior, una historia tan terrible como (una vez más) emotiva, que consigue traspasar lo que habitualmente ofrecen los comics de superhéroes. Y nos embarcamos en el último arco argumental (perdón por usar tantas veces esta expresión), correspondientes a los números 9 al 11. Quizá sean estos los más flojos de toda la maxiserie, pero lejos están de ser considerados mediocres. En ellos se nos revelan todas las incógnitas abiertas durante la historia, así como su conclusión. Mención obligada a esos pseudo-villanos que homenajean las creaciones pretéritas de Kirby, pues en ellos se aprecian detalles que evocan a Galactus o Los Celestiales. El dibujo esta vez es creación de Frazer Irving, y es original, vistoso e impactante. El mismo Irving se encarga de colorear sus dibujos, carentes de tinta a excepción de los contornos (siluetas) de los personajes y de la fantástica recreación, verdaderamente expectacular, que hace del poder de la Oscuridad. Un despliegue de arte cada vez que Shade utiliza sus habilidades.

Impresionante despliegue de poder Oscuro, gracias al arte de Frazer Irving.
Impresionante despliegue de poder Oscuro, gracias al arte de Frazer Irving.

Y llegamos al número 12. Hábilmente «guardado» por James Robinson para rubricar la serie. Este último número sirve para explicar el origen del personaje. Esto, por sí solo, llama la atención, pues el origen se suele contar al principio, no? Con esta maniobra Robinson mantiene el halo de misterio que rodea a Shade y se guarda, como gran traca final, un comic que destila arte en cada página. Al gran guión escrito por Robinson se acompaña un dibujo de Gene Ha muy detallista y realista que fideliza y realza figura y rostros de los personajes. Ambientado en un Londres victoriano sucio y oscuro, los colores ocres que tintan esta historia le encajan perfectamente.

Shade, el Maestro de la Oscuridad, ha supuesto para mi una gran sorpresa, pues pocas veces he disfrutado de un comic de este calibre en las grandes editoriales. Uno lo situaría más dentro del sello Vértigo, acostumbrados como estamos allí a que se les permita a los autores-creadores desarrollar sus propias historias. James Robinson era un escritor que ya contaba con mi simpatía, ahora debo seguirlo en sus futuras obras y recuperar aquellas que se me quedaron por leer. Eso en cuanto al autor, porque Shade ya tiene un nuevo fan en este veterano lector.

Me gustaría terminar recordando que estos 12 números han sido editados recientemente por ECC en dos volúmenes. Fáciles de encontrar y muy recomendables. Que no todo el comic de superhéroes es pueril y vacuo, algunos hay que rebosan calidad… y Oscuridad.

 

 

 

Giacco

Redactor jefe de las secciones de Cómics y Videojuegos, así como presentador de muchos de los programas de Hello Friki Podcast.

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