Crítica: «Juerga hasta el fin» (This is the end)

En el cine hemos visto ya de todo, nadie lo duda, y una temática ha tomado fuerza en la última década: la llegada del apocalipsis o la supervivencia post-apocalíptica. Y de formas dispares: glaciaciones, fenómenos atmosféricos adversos, invasiones zombie, etc.

Pero… ¿hemos visto a un grupo de jóvenes estrellas de Hollywood viviendo situaciones apocalípticas?

En This is the end (Juerga hasta el fin) vemos como el apocalipsis llega a Hollywood y cómo afecta a varias jóvenes estrellas del celuloide, con la particularidad de que en esta cinta los actores se interpretan a si mismos.

SINOPSIS

James Franco (Spiderman, 127 horas) celebra una fiesta en su nueva casa e invita a varios colegas de profesión. Entre ellos, Seth Rogen (¿Hacemos una porno?, Donnie Darko); Jonah Hill (Supersalidos, Moneyball); Michael Cera (Supersalidos, Juno) o Emma Watson (Harry Potter, Las ventajas de ser un marginado) entre otros tantos, incluida la cantante Rihanna (no creo que por su “actuación” en Battleship se le puede llamar actriz).

La que iba a ser una agradable velada se ve interrumpida por una serie de seísmos. Presas del pánico, los invitados a la fiesta huyen de la casa para acabar siendo absorbidos por un cráter que sale de la nada. La ciudad de Los Ángeles parece haberse convertido en un infierno.

Los pocos supervivientes estarán obligados a refugiarse en la casa de James Franco, teniendo que racionar los víveres e intentando sobrevivir a la amenaza del exterior.

CRÍTICA

Juerga hasta el fin es una comedia descarada y brusca, donde los actores cumplen con el cometido de auto-interpretarse (de manera grotesca, eso sí) sabiendo reírse de ellos mismos y haciendo reír al espectador. Sorprende el cameo de un hombre de acción como Channing Tatum (mejor verlo), ver a Michael Cera hecho un cocainómano salido o a James Franco mostrando ser algo más que un guaperas del cine.

La película, además del atractivo del famoseo, tiene sus toques gore, bastante light, y algún que otro sustillo ocasional. No faltarán criaturas del apocalipsis o un incendiado Hollywood. Pero destaca, ante todo, por ser desternillante, por lo irreverente de las situaciones y los diálogos.

El ritmo es bastante constante, no decayendo en ningún momento, al menos de manera notoria. Algo no muy frecuente en las comedias americanas. La película no cae en ñoñerías, mantiene su tono gamberro todo el rato.

En contra podría decir que una cinta de este tipo, para ser apreciada en toda su magnitud debería ser emitida en versión original con subtítulos para España. No es que el doblaje sea deficiente, pero las auto-interpretaciones se valorarían mejor.

Siendo puntilloso, uno de los contras radican en que no todos los actores que salen en la película, protagonistas incluidos, son demasiado conocidos en territorio español, como Craig Robinson, bastante divertido, con intervención en ¿Hacemos una porno? o Danny McBride al que hemos podido ver en la comedia Superfumados junto a Rogen y Franco y poco más.

CONCLUSIÓN

No me tiembla la mano al afirmar que estamos ante la mejor comedia del año y quizá del último lustro. Hacía tiempo que no me reía tanto en una sala de cine y que no escuchaba a toda la sala reír al unísono.

Y es que Juerga hasta el fin no llega a hacerse pesada. Impensable para un film en el que hay referencias fálicas, humor “drogao” o humor puramente primitivo, sin pretensiones. La capacidad de auto-parodia de los actores es digna de mención, dejando egos aparte.

Gran sorpresa para el final del verano. Muy recomendada.