Resumen de la Crítica
Valoración
Amor, música, fama, sentimientos… Javier Ruescas nos presenta “Play”, un libro especialmente dedicado a los adolescentes con unas premisas que bien podrían alejar al resto de posibles lectores. Sin embargo, la obra resultante desengaña y atrapa con el primer capítulo, demostrando una vez más que hay que saber huir de los prejuicios a la hora de acercarse a cualquier novela.
Consciente de ello, Ruescas apuesta sorprendentemente por múltiples referencias a películas, series y personajes de actualidad que cualquier joven reconocería (The Big Bang Theory, How I Met Your Mother…). Y muchas de ellas las usa en el anteriormente mencionado primer capítulo, donde se juega que sus lectores continúen o no leyendo.
Despierta el interés con un joven llamado Aarón, introvertido, y su antítesis, su hermano Leo. Dos almas contrapuestas que resultan algo arquetípicas pero que, precisamente por ello, funcionan a la perfección a la hora de mostrar dos visiones totalmente distintas de unos mismos acontecimientos.
Aarón, enamorado, compone música en la soledad de la habitación de su hermano. Leo, atrevido, busca cumplir sus sueños cueste lo que cueste. Y ambos se unen formando Play Serafin, en el cual Aarón compone y canta y Leo hace playback y reina en el escenario, donde se siente como pez en el agua.
Pero la fama la consiguen a través de Youtube. El autor utiliza un terreno muy conocido por cualquier adolescente para ganarse su atención, y a partir de ahí lo invita a explorar cómo es el mundo de la fama por detrás. Y cuál es el precio a pagar por ella.
La voz de narrador es la de la primera persona, alternando entre un hermano y otro, y el autor sabe distribuir los hechos de manera que cada voz aporte lo oportuno, dando una imagen global y bastante completa de lo que ocurre en todo momento. Y lo hace, incluso, contraviniendo con la otra voz sabiendo sorprender a sus mismos personajes y a los lectores en sí.
Hay que señalar que la novela se podría resumir en muchas menos páginas, y las más de 500 que la componen son sobretodo conversaciones que dan una imagen cercana y real de los personajes, construyéndolos pacientemente con cada una de sus reacciones. Eso hace que sea bastante coherente pero, al mismo tiempo, provoca una sensación que pudiera ser contradictoria en los lectores: el libro engancha muchísimo, sin duda ayudado por su ritmo siempre ascendente y una utilización muy sencilla del lenguaje. Pero al avanzar de manera pausada, deteniéndose en profundizar mucho en los protagonistas, consigue que el lector devore el libro deseando saber más, cuanto antes.
Induce cierto grado de urgencia en la velocidad de lectura. Y eso es un tremendo éxito (muy pocas lo consiguen), pues es algo siempre buscado por los lectores y escritores, pero al mismo tiempo demuestra que “Play” no está escrita para ser saboreada. Se devora, casi sin masticar, y el final parcialmente abierto deja con ganas de más.
Afortunadamente no es más que la primera entrega de una trilogía, con lo cual se podrá esperar con entusiasmo a las secuelas. Mientras tanto, hay que destacar la asombrosa campaña de promoción de esta novela, porque Montena es consciente de cómo llegar a sus lectores potenciales y ha publicado una página oficial donde incluso ha colgado canciones de Play Serafin y le ha creado redes sociales con las cuales interactuar con “ellos”.
De esta manera, resulta original y refrescante ver un proyecto literario español con tantas ganas de alejarse de las ataduras de la literatura tal y como se la conocía hasta hace pocos años. El arte está cambiando, y “Play” no sólo apuesta por su formato papel, sino que además ofrece un valor añadido: la música, que es, al fin y al cabo, lo que vende esta obra.
