Crítica: «Grayson. Integral», el Agente 37 al completo

Aunque los tiempos están cambiando y Damian está posicionándose como un personaje muy potente, Dick Grayson sigue siendo el Robin más conocido y carismático. Gran parte de culpa la tienen Marv Wolfman y George Pérez, que hicieron de él un líder nato en la inmortal serie de los Nuevos Jóvenes Titanes y supieron hacerle evolucionar en una dirección tan natural como poderosa, independiente y sugestiva… adoptando la nueva personalidad de Nightwing. Sería un paso definitivo del personaje síntoma de su madurez y calado en el lector y, ya de paso, dejaría el rol de Robin para que otro lo reclamase.

En una de las sagas más interesantes de lo que se dio en llamar Los Nuevos 52, la conocida como Maldad Eterna, Nigthwing fue asesinado en directo por el Sindicato del Crimen, en una muestra de triunfo, poder y provocación. Y al bueno de Dick se le daba por muerto… solo en las mentes de los más incautos. Ya sabemos lo poco que significa la parca en esto de los cómics de superhéroes, además que la editorial no puede permitirse prescindir de un personaje tal, por lo que su regreso era un secreto a voces. Aun así, hubo algo que sorprendió: el personaje no iba a regresar como ninguna de sus anteriores encarnaciones, ni siquiera con la potente personalidad de Nightwing, pues le tenían reservado un hueco inusual en este género. La serie de Nigthwing renacería con el título de Grayson, cambiando su enfoque de forma diametral y poniendo el destino de la misma en manos de dos de los guionistas de moda: Tim Seeley y Tom King.

Tim Seeley levantó la singular Hack/Slash y sorprendió con Revival. Tom King ha ido escalando a lo más alto de su oficio, acumulando premios con obras como Visión, el Sheriff de Babilonia… un tándem de guionistas que iba a repetir su éxito, en crítica y público y premios, con esta Grayson, escrita a cuatro manos y que, para rubricar la obra, contaría con los dibujos del inspirado Mikel Janin. La nueva serie Grayson tenía todas las papeletas para triunfar… y lo hizo.

A lo largo de sus 20 números, sus anuales y algunos números especiales, nos narra como Dick Grayson en realidad no está muerto y ha llegado a un acuerdo con Batman para aprovechar este secreto e infiltrarse en una poderosa organización secreta que actúa al margen de la ley y está realizando sospechosos movimientos estratégicos. Grayson pasará a ser el Agente 37 y deberá traicionar sus principios para mantener su coartada y no revelarse como infiltrado. Extenso argumento manejado con habilidad, Seeley y King nos muestran con aventuras rápidas y trepidantes qué se cuece en la organización conocida como Spyral y despliegan un extenso número de personajes que por si mismos podrían levantar una serie o colección propia. Y como buena serie de espías, vamos a encontrar giros y sorpresas, traiciones y alianzas y planes truculentos para conquistar el mundo.

Va mucho más allá de un James Bond superheróico, por ejemplo con la protagonista femenina… Helena Bertinelli, Matrona de nombre clave, forma parte crucial del entretejido de la serie ganando importancia y determinando el avance del argumento con su trascendental papel en la historia. Nos podemos detener con el apuesto y peligroso Tigre, uno de los agentes más carismáticos de Spyral, con la participación intermitente de Midnighter o con el grupo de jóvenes, aspirantes a espías en Spyral, que se esfuerzan tanto en avanzar con su entrenamiento como en conquistar al guapo Agente 37. Grayson es una serie llena de detalles interesantes y minuciosamente pensados para crear una historia cautivadora y rica argumentalmente, que sin alejarse completamente del género superheróico, crea un micro espacio dentro del Universo DC en el que los espías son los protagonistas… y con ellos su mundo, sus artefactos, sus líos y engaños, sus traiciones, sus secretos y, en definitiva, todo el encanto que rodea al género.

Llegando al final de la serie y casi cerrado el «asunto Spyral», Grayson explora nuevos argumentos, como la Guerra de los Robin. En ella encontramos más personajes relacionados con la Bat-familia y, aunque es cierto que se abandona en gran medida el componente «espía», la serie sigue manteniendo un nivel alto y no desentona ninguna de las historias con el conjunto de la obra. En ellas los guionistas y dibujantes se van alternando, pero siempre respetan el legado que sus predecesores marcan.

ECC Ediciones publica Grayson de manera integral en un tomo de más de 700 páginas, conteniendo todas y cada una de las historias que componen esta etapa. Como no puede ser de otra forma en este tipo de ediciones, no faltan las portadas originales y las alternativas e incluye, además, un prólogo escrito por el mismo Tim Seeley. Es una buena manera de conseguir una de las series DC más premiadas de los últimos años, unánimemente celebrada por crítica y público y que marca el devenir de uno de los personajes más apreciados de su universo.

Este es uno de esos cómics de superhéroes que señalan la nueva forma de hacer cómics de superhéroes. Tim Seeley, Tom King y Mikel Janin están cambiando la industria, modernizando el medio, actualizándolo, y Grayson es uno de los mejores ejemplos. Imprescindible.

• Grayson. Integral. ECC Ediciones.
• edición original. Grayson 1-20 USA. Grayson Annual 1-3. Grayson: Future’s End. Robin War 1-2. Secret Origin 8. DC Comics
• cartoné. 744 pp. color. 55 €