Crítica: “El Llanero Solitario”. El espíritu errante de Disney
Resumen de la Crítica
Valoración
Crítica de la película de aventuras "El Llanero Solitario" de Disney.
Altamente rentable ha sido la saga “Piratas del Caribe”, un conjunto de -hasta la fecha- cuatro largometrajes (con un quinto al parecer en camino) que narran las aventuras del capitán Jack Sparrow (Johnny Depp) a través de los mares. Encontró Disney en el cine de aventuras un buen filón con el que enriquecerse y, película a película, lo ha explotado hasta su agotamiento. Ha llegado un momento donde la constante repetición de formas y chanzas a la hora de construir este tipo de cintas, han terminado por hastiar a público y crítica, mostrándose cada vez menos interés en el citado género.
No hay que remontarse mucho para recordar el catastrófico batacazo que esta misma compañía sufrió con “John Carter” (Andrew Stanton, 2012); adaptación de la novela “Una Princesa de Marte” (Edgar Rice, 1917) con la que se pretendía iniciar una nueva saga de taquilleras películas del estilo aventurero y familiar de “Piratas del Caribe”. Muy a duras penas – y sin contar los gastos en publicidad- se consiguió recuperar la desorbitada inversión de 250 millones de dólares, convirtiéndose la cinta en uno de los mayores fracasos cinematográficos de la empresa y lastrando así – al menos por el momento- la previsible trilogía que se iba a realizar.
Pero parecer ser que este toque de atención no ha servido para que la compañía del ratón se haya dado por aludida. Creyendo que su anterior fracaso se debió a la falta de un actor de renombre, se decidió contratar al infalible Johnny Depp para comandar una nueva saga destinada a reciclar a tan trillada –pero siempre efectiva- “Piratas del Caribe”. Sin embargo, “El Llanero Solitario” (Gore Verbinski, 2013) está resultado ser un fiasco mayúsculo en cartelera. Desde su estreno a principios de Julio en un buen número de países, apenas ha conseguido recaudar los más de 200 millones de dólares que costó la producción de la cinta (aún en pérdidas si se suman los gastos de promoción). Destrozada por una crítica americana que la tacha de antipatriótica y lastrada por sus muchas semejanzas con la saga de Jack Sparrow, “El Llanero Solitario” va camino de convertirse en un nuevo fracaso comercial para Disney.
La gente es fiel a “Piratas del Caribe”. Lo demuestran los más de mil millones de recaudación de su cuarta entrega. Lo es por el recorrido que tiene la saga (estrenada en el año 2003) y por la familiaridad que este peculiar mundo ha logrado crear con un público –por lo que se ve- siempre deseoso de más aventuras. Pero el intento de llevar esta acción a otros escenarios diferentes, no parece levantar las pasiones que, sin embargo, sí consigue levantar Jack Sparrow. “El Llanero Solitario” vende un estilo muy semejante y eso – aunque parezca absurdo- espanta a la gente que, fiel a una saga, rechaza adentrarse en otra que solo ofrece más de lo mismo.
No es “El Llanero Solitario” la quintaesencia del género de aventuras, pero es una película que cumple sobradamente con su cometido. Entretiene desde el primer minuto, con una acción en constante ascendencia hasta su resolución final. Los altibajos son escasos y los que hay son producto de la excesiva duración de la cinta (casi dos horas y media). Ambientada en el Viejo Oeste, la historia narra el surgimiento del Llanero, un ranger de Texas que tras ser dado por muerto, comienza a impartir justicia oculto tras un antifaz.
Si conocen alguno de los formatos anteriores en los que el Llanero Solitario ha sido desarrollado (radio, televisión, cómic o cine) quizás se sorprendan con la adaptación de 2013, donde el papel del Llanero queda relegado a un sutil segundo plano para dar mayor protagonismo a su fiel compañero y escudero Toro. Es el personaje interpretado por Johnny Depp quien lleva el peso de la trama, siendo el Llanero un mero bufón que nunca llega a sentirse como un verdadero héroe y justiciero. Parte de esa carencia de debe al tono cómico y desenfadado que se ha dado a toda la cinta; lo que provoca que los momentos dramáticos (escenas que conforme ocurren se olvidan pero que son necesarias para desarrollar la trama) no provoquen una catarsis creíble del personaje del Llanero. Sin embargo, de esta manera, se potencia el entretenimiento y la diversión: lo verdaderamente importante de esta película.
La historia de “El Llanero Solitario” está narrada a modo de flashback, lo que tiende a caotizar el montaje en ciertos momentos. Con este recurso, se resuelven ciertas escenas sin mayor explicación, a la vez que se dan saltos y vueltas temporales con el fin de intentar sorprender al espectador en ciertos momentos clave. Sin embargo, este ir y venir – junto con los tres o cuatro cortes que se producen en mitad de la película para recordarte que todo se trata de una historia narrada- no terminan de encajar del modo deseado y son más un bache que una ayuda en el desarrollo constante y ascendente de la cinta. Un desarrollo lineal sin un flashback que permita trampear la historia, habrían ayudado a que la película fuera más redonda si cabe.
Respecto a los personajes no hay mucho que decir. Son individuos sencillamente trazados, estereotipados y fáciles de situar en un bando o en otro. Los villanos se mueven por ambiciones personales mostrando abiertamente sus poco éticas intenciones; mientras que los buenos luchan por la justicia llevándose –evidentemente- el gato al agua. También hay espacio para una básica relación sentimental, notablemente ilógica en su desarrollo, que parece estar ahí más por obligación que por necesidad.
Entretenida película descafeinada para toda la familia, ideal para pasar un buen rato de diversión. Aventuras, persecuciones y disparos, con una potente y visualmente impecable escena final, que convierte seguramente a “El Llanero Solitario” en la mejor de todas las superproducciones que se han estrenado este verano.